De compras
Fecha: 16/04/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos
... por la cabeza de quién podía ser aquel móvil, pero estaba sonando y dado que no era muy bueno, lo mejor sería descolgarlo para saber de quién era.
—Esto hola —dije dubitativamente.
—Hola, ¿eres la persona mayor que iba en el autobús ahora mismo al lado de unos jóvenes?
—Sí
—Es que se me ha caído el móvil, me lo podrías devolver, por fa
—Claro dije yo —se me iluminó el rostro de repente adivinando que mi joven amante había dejado caer su propio móvil dentro de una de mis bolsas y ahora llamaba desde el móvil de un amigo. Le dije la dirección y que le esperaba en la puerta y con un “voy corriendo” colgó.
Y de verdad vino corriendo, llegó casi sin aliento. Y nos quedamos mirando y riendo durante un instante. Cuando hubo recuperado un poco el aliento le dije: —vivo aquí mismo, solo, ¿quieres subir y te doy un vaso de agua?
—Sí
En mi casa, lo del vaso de agua se nos olvidó. Nos fuimos desnudando por el pasillo y ya en mi habitación estábamos en bolas y empalmados. Nos fundimos a besos y nos estuvimos magreando a base de bien. Tenía un cuerpo perfecto, unos pectorales bien definidos, unos abdominales marcaditos y casi no tenía pelos en ningún lado de su cuerpo. Nuevamente nos estuvimos mamando las pollas en un 69 de lujo. Jugué con su ano también en un momento dado lo tumbé boca arriba y abriéndole las piernas me puse sobre él.
—Para, para —me dijo cuando mi polla encaró su culito después de haber estado un rato chupándoselo —soy virgen y ...
... activo.
—¿Qué?
—Que nunca me han dado por el culo.
—Pero no jodas, ¿quieres que pare? —pregunté.
—No, pero despacio, ¿vale?
Por un momento había entrado en pánico. Saqué un bote de lubricante que alguna amante había olvidado allí y que nunca acertaba a tirarlo. Y cuando todo estuvo bien lubricado, fui metiendo mi poya en aquel culo estrecho. He de reconocer que tenía el mejor culo que yo he visto en mi vida, duro, respingón, suave al tacto y con unos cachetes que daba gusto masajear. Y, además, resultó que era de los tragones, en menos que canta un gallo mi polla estaba dentro, hasta los huevos la metí.
Después de un rato empecé a bombear con suavidad y entre besos, caricias y toqueteos de su poya empezamos a follar como cosacos. Luego lo puse a cuatro patas y lo penetré profundamente, lo cual le encantó. Movía el culo a ritmo de mis embestidas. Le di varios cachetes en su precioso culo y el gemía de placer con cada uno. Sus movimientos de cadera me llevaban al cielo.
Luego nos pusimos en cucharilla y levantándole una pierna empecé a penetrarlo con fuerza y velocidad. Él forzando el cuello no dejaba de besarme. Cuando me noté que me iba a correr me puse encima de él a lo misionero nuevamente y lo fui penetrando suavemente hasta que me indicó que estaba a punto y entonces le metí tres o cuatro buenas envestidas. Nos corrimos casi al mismo tiempo. Y dejándome caer sudando y jadeando nos fuimos enfriando entre besos.
Al poco rato, se levantó dispuesto a irse y lo cogí de ...