1. Mis odiosas hijastras (7)


    Fecha: 16/04/2025, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    No había manera de saber en ese momento quién había sido. No solo por el hecho de que me habían asaltado en la absoluta oscuridad, sino porque el único contacto que sentí había sido el de su boca y su lengua estimulando mi verga. Creo Recordar haber sentido una mano apoyada en mi pierna, pero ni siquiera estaba seguro de ello, y de todas formas, con ese dato no podía sacar ninguna conclusión.
    
    Salí de la habitación, para ir detrás de la misteriosa visitante, pero yo no contaba ni con mi celular, ni con la vela, ya que esta última se había consumido por completo. Así que en lo que tardé en espabilarme y subirme la ropa interior, fue tiempo más que suficiente como para que ella ya estuviera subiendo las escaleras. Escuché el ruido de una puerta abrirse y cerrarse rápidamente en el primer piso, pero desde donde estaba, me era imposible determinar de qué habitación se trataba. De todas formas, se suponía que las tres estaban en la habitación de Agostina. ¿Sería que la misteriosa petera se había escabullido de la carpa con el riesgo que eso implicaba? O quizás simplemente ya habían vuelto a sus respectivos dormitorios. Como de costumbre, parecía ser que lo que desconocía de mi situación era mucho mayor a lo que sabía con certeza.
    
    Estaba molesto y eufórico al mismo tiempo. Una de ellas me había hecho una mamada. Pero no solo no me había permitido disfrutarla en todo su esplendor, pues la mayor parte había sucedido mientras dormía, sino que no me había dejado ver de quién se ...
    ... trataba. ¿Por qué había decidido eso?
    
    Volví a mi cuarto, fastidiado, pero con la persistente satisfacción de quien acaba de recibir una mamada de una hermosa adolescente. Ni siquiera sabía qué hora era.
    
    La primera en la que pensé que había ido a mi habitación fue Valentina. Supongo que el hecho de asociarla con la que me había manoseado a la salida de la sala de luces, me hizo pensar que ahora se trataba de ella de nuevo. El modus operandis era el mismo. Un atraco en medio de la absoluta penumbra, para luego huir despavorida, aprovechando la ventaja que tenía en la oscuridad debido a su agilidad y a que contaba con alguna linterna. Pero luego reparé en un detalle para nada insignificante. Quien me había peteado, no lo estaba haciendo muy bien que digamos (o eso me pareció), lo que evidenciaba su falta de experiencia. Tanto así que sentí cómo me mordía. Valentina, sin lugar a dudas, habría de tener mucha experiencia chupando vergas. Eso no me lo quitaría nadie de la cabeza. Otra cosa a tener en cuenta era que a ella también se le había acabado la batería del teléfono, por lo que no contaba con una linterna para desplazarse libremente por la oscuridad. Dudaba de que usara lo que le quedaba de la vela para ir a mi cuarto, considerando lo riesgoso que eso era si tenía que salir corriendo como lo hizo.
    
    Entonces todo hacía suponer que la responsable había sido Agostina. Pero si fue ella ¿Por qué ocultar su identidad? Ya habíamos tenido tanto manoseo mutuo, que coger era el ...
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