Mis odiosas hijastras (7)
Fecha: 16/04/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... paso obvio a seguir. ¿Por qué ocultarse ahora? Eso no tenía sentido. Era cierto que por lo reprimida que parecía ser, cuadraba a la perfección el hecho de que no fuera muy hábil mamadora. Pero había otra cosa. Si daba por sentado que la visitante nocturna era la misma que la que me había manoseado durante la tarde, entonces se suponía que Agos había sido en ambas ocasiones. Pero ella me había asegurado que no había sido ¿Cierto? Y ahí volvía a pensar en Valentina.
Me di cuenta de que había sido muy iluso al dar por sentado que todo lo que me decían era cierto. Sami y Agos me habían asegurado que no habían sido las que se cruzaron conmigo a la salida de la sala de luces, y por descarte había concluido que había sido la zorra de Valentina, pero ahora ya no podía estar seguro de ello.
Y por otra parte estaba Sami… Si Agos me había mentido, ella también podría haberlo hecho. ¿Qué indicios tenía de que pudiera ser ella quien me había “atacado” en esas dos ocasiones? Recordé que la más pequeña de la casa no estaba en la sala de estar cuando sucedió lo del corte de luz. Era la que más cerca estaba de mí, pues aún estaba en su cuarto, por lo que, en lo que respectaba a la proximidad, era la más sospechosa. Además del detalle no menor de que durante toda la tarde había estado pegada a mí, al punto de que, por breves momentos, me sentía algo irritado por eso, pues no podía estar a solas con Agos como pretendía estarlo. Sami… Una chica sin experiencia, que muy probablemente jamás ...
... en su vida había practicado una felación. Sami, la chica que más me apreciaba dentro de esa casa, cosa demostrada con creces en esas últimas horas. Si alguna vez había dudado de su afecto, solo había sido por su extrema timidez y hermetismo, pero ahora que se había abierto más a mí, estaba claro que cualquier sospecha que tenía hacia ella era infundada.
Pero resultaba difícil imaginar que una chica con su personalidad diera un salto tan brusco en sus actitudes. Una cosa era abrazarse a mí cariñosamente, como una verdadera hijastra lo haría. Pero otra muy distinta era ir a hacerle un pete a su padrastro en medio de la noche. Eso cuadraba más con Valentina y con Agos. Con la primera porque su personalidad desinhibida le permitiría hacer ese tipo de cosas y otras incluso mucho más audaces. Y la mayor de las hermanas porque, si bien no era tan zorra como la otra, el estrecho y erótico contacto que habíamos tenido durante las horas precedentes hacían que una actitud como esa fuera totalmente coherente en ese contexto.
Me estaba volviendo loco. Cada vez que parecía convencerme de que se trataba de una, no tardaba en desestimar la teoría, para inclinarme más por otra, cosa que tenía el mismo resultado. Mi mente se estaba moviendo en círculos. Me sentía irritado. Pero no podía negar que fuera como fuera, mi situación era privilegiada. Una de ellas me había ido a chupar la verga. Y si no se trataba de Agos, significaba que ya había tenido algo con dos de mis hijastras, cosa que ...