1. Infiel a mi marido y a mi suegro


    Fecha: 17/04/2025, Categorías: Infidelidad Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    ... y dí un grito de placer, aprovechó para meter un dedo en mi coño hasta el fondo, lubricándolo de mis fluidos, lo sacó y lo llevó a mi culo, sentí como masajeaba y lubricaba la entrada de mi orificio anal con mis propios fluidos y empujaba su dedo dentro de mi culo, al tiempo que otro dedo entraba en mi coño, mis piernas temblaron, un gemido salió de mi boca y apreté los dientes para no gritar de placer. Siguió succionando mi clítoris con más fuerza al tiempo que sus dedos entraban y salían de mis dos orificios, estaba en éxtasis, ya no pude aguantar más, apreté las sábanas con mis manos y me retorcí en la cama, sentí una descarga recorrer mi cuerpo y tuve mi primer orgasmo de la noche.
    
    me corroooo, me corroooo, me corro- grité
    
    Sentí como mis fluidos escurrían por los dedos de don Fernando, sacó sus dedos y hundió su cara entre mis piernas, succionando con avidez los fluidos que escapaban de mi vagina, una vez que terminó de lamer mi coño se incorporó y me dio un beso cachondo y pasional, un beso con sabor a mi coño, me excitó y me prendí de sus boca, succionando y lamiendo sus labios, deleitándome con el sabor de mi vulva, su ardiente miembro se posicionó en la entrada de mi rajita, restregándola de arriba abajo, desde mi culo a mi clítoris, estaba esperando la embestida, pero no llegaba, solo sentía su capullo entreabriendo mis labios vaginales, lubricando la punta con mis fluidos, la cual a su vez chorreaba precum, estaba ansiosa porque me clavara, lo vi a la cara y ...
    ... sonreía libidinosamente, ya no aguantaba, lo escuché decir:
    
    - ¿Notas mi verga, lo dura que está? - Es tu culpa, putita.
    
    - Sí la noto, me encantaaa, la tienes bien dura, pero, cabrón, cuando me la vas a clavar, la quiero sentir dentro.
    
    - En serio. ¿la quieres, putita?, ruega por ella, pídeme que te clave como una puta.
    
    Quería que le pidiera que me la meta, como una putita hambrienta de verga, pero no aguantaba más, me estaba volviendo loca de ansiedad y no me quedó más remedio que rogarle que me penetrara.
    
    - Anda cabrón, métemela, cógeme, por favor, no me castigues, clávame tu verga, te lo suplico, dame tu verga, entiérramela, la necesito.
    
    - ¿En serio quieres mi verga, putita?
    
    - Siii, aaagggh- mi respuesta se convirtió en un gemido porque en un movimiento de cintura me enterró toda su verga de una sola estocada, hasta los huevos que rebotaron en mi pelvis, me sentía tan plena, su verga llenaba completamente todo mi interior, incluso sentía que lo estiraba.
    
    - Putita, se te fue de una, se nota que extrañabas mi verga, estabas deseosa de una buena verga de macho y no la verguita de tu marido.
    
    - Sí, papito, agghhh, la necesitaba, agghghh. sigue.
    
    La verga de mi marido no es precisamente chiquita, en comparación con la de Don Fernando no había mucha diferencia, donde había una diferencia abismal era en la forma de coger, pero no quise aclarar la diferencia.
    
    Me siguió embistiendo en forma salvaje, no recordaba que anteriormente me cogiera así, parecía ...
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