Matrimonio convencional (V)
Fecha: 17/04/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Ginjm, Fuente: CuentoRelatos
Abrí los ojos y me coloqué boca arriba, mirando al techo absorto en mis pensamientos, la noche anterior ahora parecía un sueño, recuerdos, flashes se me venían a la cabeza, estaba todo confuso, Bea aparecía con la cara de vicio, de placer y lujuria, de deseo absoluto como nunca antes la vi. El olor inconfundible a sexo y perfume me invadían. Un momento, no eran recuerdos, giré la cabeza y vi a Bea desnuda de espaldas, levanté las sábanas para comprobar… efectivamente, estaba desnuda y aún conservaba esa mezcla de olores almizclados y sensuales. Mi polla se puso dura al instante.
Las curvas de su cintura y cadera nunca me parecieron tan preciosas como en ese instante, de lado, con las piernas recogidas adoptando una postura fetal resaltaba sus curvas, me recreé en la vista memorizando cada palmo de su piel, los ojos, ya adaptados a la oscuridad, percibían cada detalle.
Con cuidado de no despertarla me tapé para percibir mejor su olor, deseaba acurrucarme a ella acercándole mi herramienta a su culo, así que muy despacio me fui acercando, pero cuando estaba a punto de roce noté humedad en mi cadera, me resultó muy extraño así que me aparté y metí aún más la cabeza hasta que vi una mancha de humedad detrás de ella, a la altura de su coño. ¡No podía ser! Pero entonces caí en la cuenta que el semen de Don Cosme habría estado rezumando toda la noche de su coño ¡Joder! Era una mancha muy grande.
-Mmmm ¿Qué haces? Me preguntó desperezándose y girándose hacia ...
... mí.
-Mirándote, admirando tu cuerpo, le contesté cariñoso.
Al girarse fue ella la que notó la humedad y se apartó de ella palpándola.
-¡Madre de Dios! Está empapada. Dijo refiriéndose a la sábana. Mira.
-Me he dado cuenta hace un momento. Respondí sin dejar de mirarla a la cara.
Me cogió la mano mientras me aguantaba la mirada y la dirigió a la zona húmeda de la sabana.
-Toca ¿Has visto qué barbaridad?
-Ufff, está muy mojado, todo es… ¿suyo?
Asintió con la cabeza con los ojos abiertos de asombro… las mejillas se le sonrosaron.
-… ¿Estás bien? Continuó más colorada y con cara de preocupación. Por nada del mundo querría hacerte daño, eres la persona que más quiero del mundo, esto ha sido una locura, dijo echándose las manos a la cara sollozando.
Me contuve para no abrazarla a instante, en el fondo me apetecía notar esa preocupación hacia mí.
-No llores, sabes que no puedo soportarlo.
-Seguro que me odias. Las lágrimas brotaban como una fuente, agachó la cabeza y encogió las piernas acercando las rodillas a sus pechos desnudos, sin querer rozo mi polla que se mantenía dura. Poco a poco fueron disminuyendo los sollozos, sus rodillas se mantuvieron rozando mi glande, sin duda debía notarlo. Se destapó la cara, su rostro, húmedo por las lágrimas, y con los ojos enrojecidos me miró con una expresión que no sabía descifrar, pero que me inflamaba, en silencio me escrutó sin parpadear.
No sabía qué decirle, sentía mil cosas a la vez, sin embargo, por encima de ...