FOLLAMATRIX - Capítulo 5: Mi primer polvo real.
Fecha: 18/04/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: , Fuente: RelatosEróticos
Me quité a toda velocidad los pantalones y los calzoncillos, arrastrando con ellos los zapatos y quedándome totalmente desnudo. Me situé entre las piernas de Rhena, acerqué la cara a sus bragas y aspiré con fuerza. Allí estaba… el excitante olor de su coño llenó mis fosas nasales, y poniendo mis manos contra sus muslos lo respiré una y otra vez. Agarré con fuerza las bragas, listo para arrancárselas, pero la mano de Rhena me detuvo.
—No tengas prisa… no me las quites aún. Disfruta del momento.
A pesar de sus palabras, tuve que contenerme para no quitarle las bragas de todos modos. Empecé a lamérselas, tan despacio como ella lo había hecho con mis slips, y descubrí que ya estaban bastante mojadas. La expectación, tal y como había sucedido mientras tenía los ojos vendados, hizo que la polla me latiese aún con más fuerza. El sabor que noté de repente en la lengua, salado e intenso, era aún mejor de lo que había imaginado. Chupé con fuerza, extrayendo algo de líquido de las bragas y paladeándolo, y a continuación froté con los dedos sobre la tela, notando bajo las yemas los abultados labios y la caliente hendidura que se abría entre ellos. Empujé con un dedo, hasta que la tela se introdujo un poco y la forma del coño quedo esculpida bajo las empapadas bragas. Me dispuse a quitárselas definitivamente, pero entonces se me ocurrió algo. Me levanté y cogí un cubito de hielo de la cubitera, y tras recuperar la posición, esta vez sí, le bajé las bragas. Noté que, aunque no se ...
... había afeitado el coño (gracias a dios, pensé) sí que se lo había arreglado, quitando la mayoría del vello pero dejando un tupido matojo en la parte superior. Me resultó super excitante tenerlo justo ante mis ojos, verlo por fin tal y como era en el mundo real, con aquellos labios menores desiguales y algo prominentes. El olor se hizo más intenso y excitante cuando los separé con los dedos, y sin poder esperar introduje la lengua entre ellos y comprobé por fin a qué sabía el coño de Rhena.
A puta gloria. A eso sabía.
Intenté ir despacio, degustarlo como habíamos hecho con los manjares que Rhena había preparado, pero tras unos cuantos lametazos empecé a comérselo casi con ansia, plantando toda mi boca sobre la caliente raja y hundiendo la lengua hasta lo más hondo. Solo transcurridos unos minutos me di cuenta de que el hielo se estaba deshaciendo en mi mano, y tras obligarme a apartar la boca, se lo puse a Rhena en la cara interna del muslo para empezar. Ella gimió sensualmente al notarlo.
—Mmmm… sí… quiero sentir ese frío. Sentirlo en mi coño, junto al calor de tus dedos y tu lengua, Nex…
Arrastré muy despacio el hielo sobre su tersa piel, notando cómo se le erizaba a causa de la impresión, hasta alcanzar sus labios mayores. Lo restregué contra uno de ellos, arriba y abajo, disfrutando de los gemidos de Rhena, y después pasé la lengua por la misma zona, borrando el frío con mi saliva caliente. Conseguí hacerlo despacio, y pude recrearme así en la visión de aquel ...