1. Conversión (1)


    Fecha: 18/04/2025, Categorías: Transexuales Autor: Rick71, Fuente: CuentoRelatos

    ... mis manos bajo su tanga hasta dejarla desnuda. Abrazados y besándonos, bajamos hasta la alfombra. Ella queda acostada de espaldas y yo encima, nuestros miembros jugando entre ellos, yo chupando sus pechos. Hasta que ella levanta sus piernas y me invita. Así quedamos, con sus piernas en mis hombros, con su culo disponible, sus ojos cerrados y jadeando. Lentamente, disfrutando el momento, empiezo a entrar en su culo. No sé como no terminé ahí mismo, en la primera embestida. Todo me parecía tan erótico, caliente, el aroma de los perfumes, la hora, la música, la ropa tirada alrededor, mi verga entrando en su culo. Para cuando terminé de meterlo todo, Athena me miraba a los ojos, con una sonrisa amorosa. Entonces comencé a entrar y salir. Su culo apretaba contra mi verga y sus gemidos con cada embestida me calentaban más y más. Puse una de mis manos sobre sus pechos, apretando su pezón y sintiendo aún más fuerte sus gemidos. Su mano apretaba su otro pezón y la otra, la bajó hasta su propia verga y la comenzó a masturbar. Su verga era más grande que la mía, mas o menos el mismo grosor, pero al menos 3 cm más de larga. Yo jamás había tocado un pene distinto del mío. Pero estar ...
    ... encima de de ella, con mi verga en su culo, algo se apoderó de mi, la calentura, el momento sensual, los gemidos. Bajé mi mano y tome la suya mientras se masturbaba. Tratando de no perder el ritmo de mis embestidas en su culo, comencé a masturbarlo, tocando suavemente su verga, pero ella sacó su mano y la puso sobre la mía, como enseñándome que le gustaba. Y la pude sentir en todo su esplendor. Con mi mano no alcanzaba a cubrirla entera, así que bajé mi otra mano para ayudarme. Aumenté el ritmo de mis embestidas, los gemidos de Athena se intensificaron, pidiendo más fuerte y yo con desesperación comencé a mover mis caderas con más fuerza y más rapidez. Mis manos deslizándose arriba y abajo por su enorme verga y sintiendo la humedad de la transpiración y nuestros fluidos. Con un pequeño grito pidiéndome que no pare, Athena tuvo su orgasmo, una gran cantidad de semen brotaba desde su miembro, esparciéndose por su pecho y su vientre. Yo mismo sentí mi orgasmo crecer en mi interior y concentrándome, por segunda vez en la noche, terminé dentro del culo de Athena.
    
    Hora de volver a la realidad. Pedí un Uber y volví a mi casa, no sin antes prometerle a Athena que la volvería a ver. 
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