Sorel
Fecha: 19/04/2025,
Categorías:
Transexuales
Autor: Juma, Fuente: CuentoRelatos
... alguno de mis compañeros te las quitó, mmm, lo dudo, ya sabían que tú serías mia antes que de ellos!
Apuntó sin acusar a nadie.
- Ninguno de nosotros se atrevería, Sorel!
Dijo Antonio, que tenía una pierna sobre la otra y bebía de su vaso mientras veía a Sorel acariciar mis piernas.
- No somos unos tontos!
- Más les vale, está perrita primero será mía, después hagan lo que quieran con su culo.
Miré a Antonio; y le dije:
- La jefa manda, esperen su turno!
Volvieron a reír.
Sorel puso sus dos manos en mis piernas y me las apretó, un poco más fuerte, bajando en una sensual caricia hasta mis rodillas.
- Quieres una verga de verdad?
Quise hacerme la que tenía mucha experiencia.
- Estás bromeando? Mi último novio tenía un pepino entre las piernas.
- No pudo haber estado tan grande como la mía!
Simplemente me dejé llevar. La mano de Sorel fue acariciando más arriba de mis muslos, aventurándose cada vez más arriba. Se sintió bien. Le di entrada levantado las nalgas mientras me hacía preguntas y yo respondía. No sé cuánto tiempo pasó. Era como estar en un sueño. Cuando me di cuenta tenía la falda subida hasta la cintura y los dedos de Sorel acariciando mis nalgas, mi abertura una y otra vez. Me mordí los labios tan fuerte para no gemir que creí que me sangrarían. Supe inmediatamente que ya no tenía el control de mí mismo. Sorel podría hacer conmigo lo que quisiera y yo no iba a detenerla.
- Por qué no te volteas frente a mi?
Dijo, ...
... sujetándome de la cintura como si fuera una muñeca y levantando mi delgado cuerpo. Me acomodó de forma que quedé sentada frente a ella, con las piernas bien separadas y una nalga en cada una de sus piernas. Vi en sus ojos que me deseaba y la adrenalina corrió por todo mi cuerpo. Ahora Sorel me tenia en la posición ideal y volvió a acariciar mi cola mientras la otra subía hasta la blusa y sus hábiles manos pronto me desabrocharon los botones y pude sentir que mis pequeños pezones estaban duros mientras Sorel los acariciaba con las yemas de sus dedos a través del delgado sujetador. Nadie me había hecho eso antes. Fue exquisito, una línea de placer directa hacia mi sexo. Estaba tan excitado que cuando me ofreció sus gruesos labios, no dude en besarla, nuestras lenguas quedaron entrelazadas como en un baile de amor y deseo. Sorel retiró ambas manos de mi cuerpo, dejo el beso un momento y me dijo:
- Mete tus manitas bajo mi falda y busca tu premio!
Deslicé mis manos bajo su falda sin poder ver, toque una bola que se había formado en su tanga, la acaricie con mis dedos sentí la dureza de su miembro, quise calcular su tamaño poniendo la palma de la mano sobre la fina tela que amezaba con romperse, pero fue más mi curiosidad y tomando el elástico de la tanga, la deslice bajandola hasta la base sus huevos y salió expulsado como un resorte golpeando mi pecho, el miembro más grande que habría podido imaginar. Sorel sonrió. Acercó su rostro al mío y en una húmeda caricia mordió mi ...