Sorel
Fecha: 19/04/2025,
Categorías:
Transexuales
Autor: Juma, Fuente: CuentoRelatos
... oreja.
- Todo tuyo ternurita!
Me susurró al oído
Por un instante todo mi valor cayó igual que mi blusa y el sostén mientras Sorel me terminaba de quitar la ropa. Ahora solo traía puestas mis calcetas y mi falda a cuadros que estaba enrollada sobre mi cintura.
Alguien le pasó un condón y lo rechazó.
- Así, quiero que ternurita me sienta piel con piel!
Asustada puse mis manos sobre su pecho e hice ademán de alejarme de ella.
- No, no, puedo!
Mis palabras fueron jadeos entrecortados.
- No podría... es tan grande, me va a lastimar!
- Sí puedes!
Dijo Sorel con suavidad, y deslizó sus manos debajo de mi trasero.
- Pon tus manos sobre mis hombros!
Obedecí, sumisa. Mis brazos y las manos de Sorel me colocaron en su lugar. Suavemente, me bajó. La cabeza de su enorme pene acarició mi abertura. Sorel ajustó ligeramente su posición frotando su pene contra mi ano que estaba apretado en relación con su verga, pero unos pocos segundos de frotar suavemente le hizo pensar que esa verga de veintitantos centímetros podría meterse en un culito apretado sin demasiado problema.
- Dios, es tan grande!
Jadee de nuevo. Lentamente, Sorel me fue deslizando hacia abajo y tuve la fantástica experiencia del pene más largo y grueso que habría podido imaginar estirando mi ano con fuerza, pero no tanto como para poder tenerlo dentro de mí.
- No va a entrar, es muy grande y mi cola muy estrecha!
- No es la primer cola cerrada que abro, solo espera!
Un ...
... segundo intento y nada, su gran verga no lograba vencer mi miedo y mi estreches.
- Lo siento yo lo intente, por mi no quedó!
- Calma ternurita, tenemos la solución. Chicos, ya saben que hacer!
Hizo que me levantará y con un puntapié tiro la silla donde estaba sentada y volvió a sentarse ahora sobre el piso, les había dado una orden que de momento no entendí, pero comprendí cuando vi a Roberto llegar con un frasco en las manos. Sorel me tomo de las piernas, me abrazo y me atrajo a su pecho como si fuera un bebé al que van a dormir con golpecitos en la espalda, mi cabeza quedó entre su mejilla y el hombro, casi de manera cariñosa pero seguía de pie, frente a ella, empinada y con el culo expuesto.
Sorel comenzó por frotar con sus manos mi nalgas en forma circular, del centro de mi ano hacia afuera, yo sentía muy rico, en más de una ocasión llegó a meter un dedo en mi ano causándome un poco de dolor pero mucho placer, en un momento abrió mis nalgas lo más que pudo y sentí un dedo que se incrustaba hasta el fondo de mi culo, dejando a su paso una porción de pomada helada como la nieve, el dedo no solo se dedicó a lubricar mi culo, lo metían y daban vueltas dentro de mi, queriendo llegar a todas partes y cada vez que sentía que me metían un dedo sentía más y más lubricante, terminaron llenando la entrada de mi ano y Sorel volvió a los ejercicios de adentro hacia afuera, el frío de la pomada se fue y mi interior comenzó a calentarse de forma escandalosa, la entrada de mi ano ...