Fuiste infiel y te agarraron, ahora vas a cagar fuego
Fecha: 20/04/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
Laura, a sus treinta y cinco está apetecible; la combinación de una buena genética con un moderado pero perseverante cuidado del cuerpo, ha dado como resultado que atraiga a cualquier hombre que no prefiera los hombres. A eso hay que sumar una exquisita femineidad, delicadeza en los movimientos y destacable aptitud para socializar.
Leopoldo, su esposo, arriba por diez años es poseedor de una viril apostura y algo retraído en comparación con su mujer, lo cual se evidencia en el tiempo que ambos dedican a reuniones, llamadas telefónicas, intercambio de mensajes, etc.
El pasar del matrimonio es muy bueno; el cargo jerárquico de ella en una empresa le reporta buenos ingresos que solventan con creces sus necesidades personales, pues quien cubre los gastos del hogar es él cuyo desahogo económico es sensiblemente mayor, ya que además de tener un estudio jurídico junto a dos socios amigos de la adolescencia, heredó de sus padres la casa que habitan y un hotel.
Entre las cosas que contribuyeron esa sana convivencia estaba el respeto de las relaciones personales anteriores a la unión. A ninguno se le ocurría pensar que la vida de cada uno había comenzado en el momento del matrimonio, por lo cual ambos cultivaban esos lazos que enriquecen y ayudan a prevenir el tedio producto de la rutina, eso sí, respetando la prioridad siempre en favor del cónyuge.
Una cierta inquietud lo asaltó al marido cuando tomó conciencia de que los tiempos compartidos en el hogar habían disminuido ...
... en cantidad y calidad afectiva. Es sabido que cuando los cambios son lentos pero sin pausa resultan imperceptibles en el día a día, hasta que de un momento a otro se toma conciencia de que la variación producida es enorme respecto de algún tiempo atrás.
Cuando te enseñan la técnica para la solución de problemas dicen que lo primero es averiguar la causa, y el método comienza por contestar una pregunta simple «Qué pasa ahora que, antes del problema, no pasaba». La tarea de evocación y búsqueda no le costó mucho luego de ubicar el momento en que la intimidad empezó a declinar. Lo cambiante era la cantidad de tiempo fuera de casa y eso en las dos facetas, laboral y social.
Siendo un tipo metódico y poco amigo de estimaciones al boleo, tomó papel y lápiz para hacer simples sumas. El resultado dio que a las amigas antes le dedicaba tres horas y actualmente siete; referente al trabajo las cantidades dieron cuarenta antes, y ahora cuarenta y tres, siempre por semana.
Si las amigas seguían siendo las mismas es muy difícil que las costumbres hubieran cambiado tanto, entonces ¿qué había cambiado en el trabajo? Pregunta sencilla de fácil respuesta pues ella lo había contado en su momento, el jefe era uno nuevo.
Siguiendo el sabio dicho «Zapatero a tus zapatos» ni se le ocurrió oficiar de investigador, para eso también había especialistas, así que contrató los servicios de una agencia cuyo dueño conocía. El encargue fue buscar si entre jefe y subordinada había algún vínculo ...