1. Fuiste infiel y te agarraron, ahora vas a cagar fuego


    Fecha: 20/04/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... intimidades”.
    
    - “Perdón, no los presenté, Rómulo, esta señora es mi amiga Laura, y tampoco la trates de usted”.
    
    Mientras Beatriz buscaba muestras siguió el diálogo.
    
    - “Laura, un gran placer”
    
    - “Siempre mirás así a las mujeres?
    
    - “No siempre, en estos tiempos en que las mujeres tratan de ser iguales a los hombres, solo miro a aquellas que siendo lindas derraman femineidad, sin que ello les impida tener una personalidad bien afirmada. Gracias por ayudarme con las medidas, y tenés razón en no divulgarlas pues podés estar alimentando la imaginación de un desconocido que podría ser un violador serial”.
    
    - “No lo parecés”.
    
    - “Y no lo soy, pero ante una curva pronunciada hasta el más equilibrado vuelca”.
    
    - “Gracias por lo que me toca”.
    
    - “Por nada eh. . .”.
    
    - “Qué ibas a decir?”
    
    - “Es que casi descarrilo en la curva con algo inconveniente, sobre todo si recién nos conocemos”.
    
    - “Por favor no me dejés con la intriga, te juro que escucharé sin enojarme”.
    
    - “De todos modos si te sintieras molesta tendrías razón, pues en cierto modo es un atrevimiento y más siendo casada. Te iba a decir que en lugar de que te toquen las palabras preferiría que lo hicieran mis manos y, ya que el vuelco es inevitable, mi sueño sería que en lugar decir las medidas, hicieras de modelo”.
    
    En eso llegó Beatriz con varios conjuntos para elegir que desplegó sobre el mostrador.
    
    - “De qué hablaban?”
    
    - “Le contaba de la buena calidad de tus prendas”.
    
    Los conjuntos ...
    ... presentados eran preciosos, en una gama que iba de los muy sugerentes a los recatados, y en la elección el comprador pidió el parecer de ambas, agregando que el principal beneficiado sería su cuñado pues, sabía por su hermana, que le encantaba verla con esa única vestimenta. Seleccionada la compra, profundizó el galanteo.
    
    - “Laura, de todos estos, cuál sería de tu gusto?”
    
    - “Este”.
    
    Y señaló uno que cubría muy bien tanto adelante como atrás pero, en el sector de la entrepierna, era transparente. Cuando la interrogada tomó conciencia de que estaba haciendo partícipe de una intimidad al recién conocido ya era tarde. La sonrisa del varón, mirándola y mordiendo su labio inferior, fue más que elocuente.
    
    Días después, un sábado, estaba Rómulo tomando un café en el patio de comidas del centro de compras donde había adquirido el regalo para su hermana, cuando le llama la atención una pareja que se sentaba unas mesas más allá. Encontrando en ellos algo familiar prestó atención cayendo en cuenta que la mujer era Laura; cuando se sentaron ella quedó en cuarto de perfil respecto de él, mientras su acompañante lo hacía casi dándole la espalda.
    
    Naturalmente centro su vista sobre ella y, cuando las miradas se encontraron, la saludó sonriendo con una leve inclinación de cabeza, siendo correspondido de la misma manera después de constatar que el acompañante miraba su celular.
    
    Los siguientes minutos fueron de intercambio de gestos de agrado, ostensibles en el varón y velados en ...
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