El novio de Rafaela (parte 1)
Fecha: 23/04/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Bellota D I, Fuente: CuentoRelatos
... florería y la empresa de catering, cuidando los detalles, peleando por teléfono con su madre que por cuestiones de peluquera y probando su vestido de novia cada noche para averiguar que le seguía quedando bien. Más se agitaba, más Lionel se quedaba impasible. Obedecía con calma a la tormenta pelirroja que cruzaba la casa cada cuarto de hora, y trataba de tranquilizarla con paciencia y filosofía.
La boda era el sábado y mi novio me llevó a su casa el miércoles en la noche. Le propusieron quedarse a cenar antes de regresar a Zúrich donde tenía que trabajar aquella semana. Nos instalamos en la mesita que tenían en su terraza con un par de bancos cortos y pocos confortables. Me senté al lado de Lionel y frente a mi novio. El sol ya se había escondido detrás de la colina más cercana y, mientras terminábamos de cenar, estábamos a oscuras. Rafaela había puesto una vela en la mesa, pero la luz débil apenas aclaraba nuestras caras.
Durante toda la cena, me había concentrado en las conversaciones y en los chistes, pero, lamentablemente, no me había podido sacar de la cabeza la idea de que estaba a unos centímetros de un contacto discreto con Lionel y todo lo que mi mente de morbosa era capaz de crear como escenarios al tener su verga a unas decenas de centímetros de mi mano. Me veía agarrarle la entrepierna y descubrir un bulto duro y contundente que hubiera sacado de su pantalón y para lamerlo. Me avergonzaba. Con lo que me había comentado mi amiga, mi delirio lúbrico era muy ...
... probablemente algo que no franqueaba los límites de mi cráneo. Estaba empezando a entrar en razón cuando Lionel trajo una canastita de ciruelas a modo de postre. Volviéndose a sentar a mi costado, su muslo se pegó al mío. Y se quedó así. El apretón de excitación y de febrilidad que siempre siento en el pecho en este tipo de situación fue tan fuerte que me dolió. Obviamente, era imposible para mi novio, tanto como para Rafaela, adivinar el contacto físico que tenía con Lionel. No pasó nada más, era suficiente. Después de un rato, miré a mi costado discretamente. Escondida por la mesa, distinguía la entrepierna de Lionel. Una forma alargada característica había tenso la tela de su short. No cabía duda, estaba aguantando una erección completa.
Tú también sí o sí…—pensé —Hace rato que sabía que eras como yo. Novio fiel y ejemplar, tsss… no me la hagas por favor, ¡mira cómo la tienes parada!
Unos veinte minutos después, cuando nos levantamos para irnos a dormir y que me despedí de mi novio, la situación se había convertido en una tortura para mí. Felizmente, llevaba un short de jean negro y nadie se dio cuenta de que mi jugo me empapaba hasta el culo. Mi clítoris estaba tan hinchado que se había vuelto doloroso, era urgente que me masturbara.
Deseé a los novios una buena noche y entré al cuarto de invitados donde iba a dormir. Apenas cerré la puerta que metí mi mano en mi calzón. Me amasé el clítoris con alivio, Lionel ocupaba la totalidad de mi mente. Con la otra mano, me ...