1. Navidades Calientes 1


    Fecha: 25/04/2025, Categorías: Infidelidad Autor: tinieblas, Fuente: RelatosEróticos

    ... niña.
    
    —¡No te quejes! —dijo mi padre oyéndome de fondo. Por viejo que estuviera, su oído se mantenía intacto. —Que al menos pasaste las navidades con la familia.
    
    —Sí, sin niños con los que jugar.
    
    Era verdad. Mi hermana tenía quince años más que yo. Estuvo más a otras cosas que a querer jugar conmigo. Mi padre hizo aspavientos con las manos y siguió a lo suyo.
    
    A pesar de tener dos habitaciones extra, muchos de ellos dormirían en el salón. Principalmente porque quisimos que los niños durmieran todos juntos para que no vieran cómo colocábamos los regalos.
    
    —¡Cuñada! ¡Que te duermes! —gritó Jack, alterándome. Aquel hombre podía llegar a resultar bastante cansino e irritante.
    
    —Sí. —le sonreí. Con el grito que me había metido ya me había quitado el sueño que tenía.
    
    Poco a poco fueron llegando los que estaban en la cocina, haciéndose un hueco entre los ya sentados o en el suelo. El alcohol fluyó por la casa y las anécdotas y las risas fueron el centro de atención. Estuvimos dos horas allí hasta que decidimos cortar la fiesta. Tommy retiró la cortina, viendo un montón de nieve cubriendo la mitad de ella.
    
    —No lo puedo creer. —dijo él. —En apenas un momento.
    
    —Tranqui, hermano. —dijo Jack con una borrachera legendaria. —¡Dice el hombre del tiempo que en un par de días pasará!
    
    —Eso si no nos entierra vivos antes, ¿no?
    
    —¡Jajaja! ¡Vaya optimismo! Anímate, que es Nochebuena, ¡wuuuu!
    
    Su madre fue donde él a regañarlo. Le pidió que se fuera a dormir ...
    ... de una vez, a lo que él contestó:
    
    —¡Vale! —y se tiró sobre el suelo. Tommy empezó a reírse por lo bajo. Subió a la planta de arriba para bajar los sacos de dormir de la gente. Éramos exageradamente demasiados. Nunca había tenido una Navidad así de estresante, a la vez que hermosa y mágica. Poco a poco nos fuimos despidiendo para ir a dormir.
    
    Nos reunimos en mi habitación. Tommy y yo y nos tiramos sobre la cama, a ver la nieve caer a través del tragaluz del techo. Miento, no se veía nada más que un montón blanco parpadear. La nieve siendo mecida por el viento. Abracé a Tommy y descansé mi cabeza sobre su cuerpo. En menos de diez minutos teníamos que levantarnos para ir colocando los regalos, pero mis ganas de quedarme dormida durante doce horas no hicieron más que incrementar.
    
    —¿Sabes qué estaría bien? —le pregunté a Tommy, ocurriéndoseme una idea para amenizar el tiempo. Me metí el dedo gordo de mi mano derecha en la boca y lo llené de saliva. Después, traspasé el pantalón de su pijama y encontré su pene, rozando mi dedo gordo su glande. Le sonreí mientras le hacía aquello, pero él retiró su cadera hacia atrás.
    
    —Cariño, tenemos que preparar los regalos.
    
    —Hm... ¿y? —pregunté, pícara, masturbando su pene. Sin embargo no se endurecía. Se quedaba flácido. Parecía cansado. Suspiré, resignándome, y retiré mi mano.
    
    Nos pasábamos la vida trabajando. No habíamos tenido sexo en un año. Y, aun así, el año pasado fue solamente una vez. Una única vez, rápida y poco ...
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