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La ejecutiva y la meretriz
Fecha: 03/05/2025, Categorías: Lesbianas Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... con los breves tangas le propuse acercarnos a mi dormitorio, donde estaríamos mas a gusto en mi enorme cama. Indicándole el camino fui detrás de ella observando sin complejos el culito desnudo. Antes de llegar al lecho la frené sujetando su cadera y por fin agarré el elástico que rodeaba su cintura hice por bajarlo, pero me dijo: - ¡Rómpelo! Y casi sin esfuerzo me quedé con el tanga en las manos. Todo eso sin separar mis labios de su cuello y pasando la lengua suavemente hacia su oreja para introducirse en el oído. Mis pechos atacando literalmente la piel de la espalda, y mi pubis pegado como con cola a sus poderosas nalgas. Paseé las manos por la cintura hacia el vientre plano, acariciando el suave ombligo y por fin deslizándose por la piel suave de su monte de venus buscando la vulva. El único coño que hasta ahora habían tocado mis manos era el mio propio y pretendía alargar unos segundos más el momento de contemplación descubriéndolo solo con la punta de mis dedos. Estaba caliente, notaba la piel suave de sus labios abriéndose despacio y por fin toqué la humedad de su interior. Un poco mas dentro y la carnosidad y pulposidad de los labios interiores se fueron abriendo a mi toque. Muy, muy húmedos, subí un poco mojando con sus propios jugos el clítoris que no costó mucho sacar de su pequeño escondite. Gimió suave y volví a intentar descubrir su interior sus labios se abrieron le acaricié la salida de la uretra. Ya sin demorarme más busque entre la ...
... humedad de sus pliegues la entrada a su vagina. Índice y medio se abrieron camino siendo presionados por su vulva. Era precioso y no me conformaría con acariciarlo. Me incliné para contemplarlo de cerca, deleitarme con esa visión. Y ya que lo tenía tan cerca de mi boca atreverme a probarlo, besarlo y saborearlo. Un leve toque de mi lengua en su clítoris y pareció darle un calambre, un temblor de placer, así que parecía que no le disgustaba del todo. Besé su sonrisa vertical con mis labios, sorbiendo sus jugos. Clavando la sin hueso en lo más profundo de su vulva. Supe cuando se corría, lo hacia como yo, silenciosa y sísmica casi ahogándome entre sus bellos muslos. Mientras yo me agarraba con fuerza a sus nalgas. Aproveché el momento de relajación tras el orgasmo para levantar sus piernas hasta sus tetas y hacerme con el ano. Lo acaricié con la lengua volviendo a correrse. Ahora era yo quien tenía que ver cumplidas mis necesidades. Necesitaba que me devolviera el favor. Abrirme de piernas ante ella y sentir su lengua en mis más íntimos rincones. Pero no sería tan fácil con ella... me giró boca abajo para acariciarme desde el cuello. Apartó mi melena a un lado para besar y lamer mi nuca. Mi piel se erizaba al notar esos roces. Me lo estaba haciendo desear, lamiendo cada centímetro de mi espalda. Y en ella el roce de sus duros pezones bajando despacio. Notaba en mis nalgas como su cuerpo se deslizaba sobre el mío. Su piel caliente frotándose, sus pezones podía ...