-
La ejecutiva y la meretriz
Fecha: 03/05/2025, Categorías: Lesbianas Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... notarlos duros rozando mi piel. La humedad de su lengua, de sus besos. Mientras ella me besaba una de sus manos se deslizaba entre mis nalgas acariciando mi culo y entré mis muslos hacia mi coñito. Sentir su lengua en el ano rompió todos mis esquemas y me hizo correrme como nunca. Me hacía gemir y suspirar como nadie antes. Casi la desmonto de mi grupa, pero no me conformaba con uno solo. A cuatro patas, las rodillas bien separadas, abierta todo lo que podía y a su merced. Tengo que admitir que valía todo lo que me costó. Se esforzó en darme todo el placer que necesitaba con sus manos y su lengua. Mis orgasmos eran casi continuos enlazaba uno tras otro. Ella aferrada a mi culo no se separaba de mí, como si nos hubieran atado con cadenas de acero. Caí agotada en mi colchón con ella entre mis piernas y su carita apoyada en el culo. Subió sobre mí. Nos cubrió con mi manta y nos dormimos con su brazo rodeándome con cariño. ... Prostituta por qué no voy a decirlo y bisexual. Me gustan las chicas. La llamada de Sara me llamó la atención. Quería una noche de ternura, no solamente una hora de sexo. Así que animada por su voz sensual anulé otra cita que tenía y me limité a ponerme unos vaqueros y un jersey. El abrigo y dirigirme a la dirección que me dio. Al abrirme la puerta casi desnuda me impresionó su cuerpo voluptuoso pero firme. Se ofreció a colgar mi abrigo y charlamos en su sofá. ...
... Con las manos juntas haciéndonos confidencias y conociéndonos mejor. Aunque Sara no dejaba de mirar mi cuerpo con lascivia. La verdad el que con la calefacción que tenía puesta empezaba a pasar calor. Me ayudo a sacarme las botas y los vaqueros, una chusca situación, y ella seguía mirando mi cadera casi desnuda. Cuando volví a sentarme a su lado con nuestros muslos desnudos tocándose por fin nos besamos. Muy suave al principio y con mas pasión cada vez. Comencé a acariciar su suave piel mientras ella se iba echando encima de mi. Separamos el beso para que pudiera quitarle la mínima camiseta para apoderarme de sus grandes y bien formados senos. Por fin pude lamer sus areolas claras y el duro pezón rosado. Gemía por las caricias de mi lengua en su cuello y hombros, por los suaves roces de mis dedos en su vientre y cadera. Solo me quedaba el tanga cuando le pedí que lo rompiera para darle a saborear todo mi cuerpo. Su lengua tenía ganas de los nuevos sabores que mi cuerpo podía ofrecerle. Ansiosa pronto noté sus dedos acariciando mi vulva. Su lengua penetrándome y provocando mis primeros orgasmos. Lógicamente yo también tendría que ganarme mi salario. Y darle a ella el placer que me estaba proporcionando aumentado y multiplicado. Lo que sería una muy agradable tarea a la que dedicarme en lugar horas siguientes. Saborear su voluptuoso cuerpo, acariciarla y darle todos los orgasmos que pudiera.