-
Nunca me gustó estudiar
Fecha: 06/05/2025, Categorías: Incesto Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... Volvimos a sentarnos yo con Roberto en un sofá y en de enfrente Marta y Alex. Mi amiga siguiendo en su línea de toda la tarde se dedicaba a separar sus torneados muslos. Nos dejaba ver su tanguita para provocarnos. Su novio colaboraba con ella acariciando con suavidad su fina piel. La mano cada vez estaba más arriba sobre una de sus piernas. Yo no me iba a quedar atrás así que pegué el muslo a la pierna de mi tío y como él llevaba unas bermudas bastante cortas nuestras epidermis se rozaban. La mano que antes tenía casi en mi culo había pasado a mis hombros. Pero yo estaba tan encajada bajo su axila y su brazo es tan largo que pude sujetar su mano para llevarla hasta una de mis tetas. Tenía los pezones duros como escarpias. Conversábamos relajados pero había cierta tensión sexual entre ambos sofás. Marta cada vez mas descarada no se cortaba ni en meterle mano a su chico ni en proponer temas cada vez más subidos de tono. Hasta que llegó el colmo y le preguntó directamente a mi tío. - Roberto, ¿Cuanto hace que no echas un buen polvo? Este siempre tan amable y dulce hasta tuvo la consideración de responderle sin escandalizarse. - Una buena temporada, ya sabes que ahora estoy solo. -¡Pues que desperdicio! Con un cuerpo como el tuyo seguro que no te faltan candidatas, ni candidatos si quisieras. - Algunas proposiciones he tenido, sobre todo en el bar. Pero me gustaría hacerlo con alguien a quien quiera, me quiera a mí o por lo menos aprecie. - Pues ...
... no se si que esperas. Ahí mismo tienes a una persona que te quiere mucho. Y si no te vale nosotros también te queremos. - Pues claro que te quiero un montón, tito. Y tú pedazo de golfa, no intentes quitármelo. - Eso es por que te pago un sueldo. - Nunca he dicho que quiera quedármelo, solo compartirlo. - No sólo te adoro por eso. Hay más cosas. Siempre fuiste mi tío preferido. Todos nos reíamos con esas bromas. Pero a la vez pensábamos en cómo llevarlas a la realidad. Y para no dejarlo tranquilo me subí sobre sus muslos de lado y rodee su cuello de toro con mis brazos. Apoyé la cabeza en su pecho y noté como su corazón empezó a latir con mas fuerza. Admito que me estaba encantando ponerle nervioso. Por fin noté un avance por su parte. Pasó un brazo por mi espalda y dejó la mano en mi cintura. Noté un escalofrío al sentirla y me pegué más a él. Mi teta y su pecho apenas separados por dos finas capas de algodón estaban muy calientes. El lateral de mi muslo se apoyaba en su polla cada vez más dura. Puse mi cara en el hueco entre su hombro y cuello y empecé a darle besitos suaves. Mimosa y morbosa a la vez. Mis amigos nos miraban con cara de lascivia y sin dejar de meterse mano. Sabía que lo estaba excitando. Notaba su rabo cada vez más duro contra la piel de mi pierna. Roberto también había tímidos avances acariciando mi espalda y bajando hasta donde esta pierde su casto nombre. Cuando noté su mano rozando mis nalgas supe que ya era mío. Nunca había ...