1. Nunca me gustó estudiar


    Fecha: 06/05/2025, Categorías: Incesto Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos

    ... mis amigos mientras mi familiar preparaba las copas. Marta se quedó prendada de la terraza, las vistas y poder estar desnuda bajo las estrellas.
    
    - ¿Donde estáis?
    
    Se escuchó el grito de mi Roberto desde la cocina.
    
    - En la terraza, tío.
    
    Pensando en que me iba a follar me daba morbo seguir tratándole por el parentesco y no por su nombre.
    
    Mientras tanto Alex no había pedido el tiempo y había cogido a su novia entre los brazos. Le estaba metiendo la lengua hasta la garganta y le subía la faldita hasta la cintura para agarrarse a su generoso culo.
    
    Marta tendió una mano hacia mí para unirme a ellos y el beso, en un segundo, en convirtió en uno a tres lenguas.
    
    Cuando llegó Roberto se nos quedó mirando desde la puerta con los vasos en las manos y una sonrisa en los labios. Le gustaba lo que estaba viendo. Y además ya venía sin camiseta luciendo el poderoso torso.
    
    - No me habéis esperado.
    
    - Pero te puedes unir. Todos te queremos aquí.
    
    Fue Alex el que dijo eso.
    
    Se acercó despacio dejando las copas que a nadie le interesaban en la mesa. Nosotras le acariciamos cuando llegaba a nosotras tocando los marcados pectorales. Pero el que primero alcanzó su boca fue Alex.
    
    Roberto no rechazó el beso en absoluto. Nosotras alucinadas y excitadas a ambos lados mirábamos como cruzaban las lenguas. No sabía que a mi tío le gustara la carne y el pescado pero eso me puso aún más cachonda. Si lo sospechaba de Alex en cambio.
    
    Sin dejar de mirar la lascivia de ...
    ... aquellos dos dejé caer mi short al suelo. Y pronto noté una mano deslizándose por mis nalgas, no sabía de quién era ni importaba. Estábamos los cuatro en sintonía.
    
    Eché mano a la cintura de mi tío y abrí sus pantalones. Cayeron al suelo con el peso de las cosas que llevaba en los bolsillos. Su slip pequeño y blanco marcaba esa polla que tantas veces había notado tras la barra del bar y deseado.
    
    Acaricié ese paquete por encima de la tela deseándolo más todavía. Giró la cabeza hacia mí y me dio lengua y saliva. Le correspondí, vaya si le correspondí. Puse en ese beso toda la lascivia y saliva que pude. Mientes notaba como un dedo juguetón apartaba la gomita del tanga y acariciaba mi ano.
    
    Yo empecé a hacer lo mismo con el tanguita de mi amiga. Y cuando puse una mano dentro del slip de Roberto, en su nalga, ya había una mano allí. Me dejó el sitio y cuando deslicé un dedo dentro de su ano se le escapó un gemido.
    
    Conseguimos separarnos un poco tanto para recuperar la respiración como para ver cómo estaban reaccionando los demás. Al ver sus amplias sonrisas y expresiones lascivas me di cuenta de que todos lo deseábamos.
    
    Aprovechamos también para terminar de desnudarnos y arrojar a un rincón las pocas prendas que nos quedaban. Las dos vergas apuntaban al frente duras como piedras tanto como los pezones.
    
    Tenía muchísimas ganas de mi tío, lo empujé al suelo alfombrado. Me arrodillé junto a su cadera con mi mejor amiga enfrente. Juntas nos dedicamos a lamer el tronco venoso. ...
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