Mi tía… jamás lo habría imaginado
Fecha: 03/11/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Miguelón, Fuente: CuentoRelatos
... nada.
Tras esto salió de la habitación, me dejó un poco apenado porque no era frecuente ver a mi tía tan triste.
Pasaron varios días. He de decir que en ningún momento había visto a mi tía como mujer, tan solo había hecho alguna reflexión de lo bien que se cuidaba y el aspecto tan bueno que tenía con su edad.
Un día, al ir a entrar en el baño, entré sin llamar y me encontré a mi tío Roberto duchándose, mi tía acababa de salir de la ducha y con la toalla apenas tapaba su sexo y un poco de sus pechos, esto fue en fracciones de segundo, puesto que me disculpé y cerré la puerta con urgencia. Me había percatado de las maravillosas piernas que conserva y un precioso pecho que no llegó a ocultar.
Por la noche cuando mi tía entró a mi habitación a darme el tradicional beso de buenas noches le comenté que sentía mucho lo que había sucedido.
—No te preocupes, ¿aún le das vueltas a eso?
—Sí, es que debí llamar antes de entrar.
—Bueno, no tiene importancia, tú actúa como si estuvieras en tu casa
—Debo decirte que tienes unas piernas lindísimas (no hice alusión a su pecho, puesto que era un comentario sin picaresca).
—Vaya, vaya, así que te fijaste, ¿eh???
—Bueno, fue lo único que vi, lo prometo.
—No importa, me habrás visto infinidad de veces en la playa y allí también se enseñan las piernas, ¿no?, además tú habrás visto piernas y otras cosas más bonitas.
No sé porque me atribuyen en casa esa faceta de don Juan, en mi familia piensan que soy un ligón ...
... o algo así.
—Bueno, pues hasta mañana. —Me dijo— pasa buena noche.
—Igualmente tía.
Me dio el beso y volvió a salir de la habitación como hacía cada día.
Lo cierto es que yo empezaba a mira a mi tía con ojos maliciosos e incluso procuraba que mi aparato estuviera listo para cuando entraba a darme el beso de buenas noches.
Llegó la noche y allí estaba yo, en mi cama, esperando el momento en que mi tía se acercara para con mi pene empalmado darle el beso. No lo hacía por intentar nada más, sólo que me daba morbo la situación.
Esa noche entró como de costumbre (aunque no era diario, si muy a menudo me daba el beso de buenas noches) poso su mano sobre mi pecho como es costumbre para darme el beso, pero en ese momento no encontró en pecho, rozo mi pene, que se encontraba totalmente, duro.
—¿Pero qué es esto? Lo dijo, medio extrañada y medio en broma.
—Nada, tía… ya sabes… cosas de la edad (me dio mucha vergüenza) yo buscaba esa situación morbosa pero me dio mucho palo).
—Pues ya no eres tan niño, ¿eso no suele pasar cuando se es más adolescente?
—No sé, supongo que pasa cuando estas excitado pero no hay edad para eso.
—Bueno, bueno… Pues me marcho a dormir, pasa buena noche. Y relájate.
Esto último me lo dijo con ironía pero no creo que me estuviera animando a cascármela puesto que mi familia es muy conservadora y esos temas son tabú.
Ahora era yo el que se paseaba hasta la ducha en bóxer, como queriendo provocar una reacción en mi tía que no ...