1. Mi tía… jamás lo habría imaginado


    Fecha: 03/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Miguelón, Fuente: CuentoRelatos

    ... primo, tiene un par de años más que tú y no tiene esa picha tan grande, creo que eres un chico muy dotado.
    
    —No sé qué decirte, me desconciertas. Eres mi tía y me hablas como una amiga íntima.
    
    —No creo que haya dicho nada del otro mundo.
    
    Mi tía, iba a ducharse y comenzó a quitarse la ropa, entonces dijo:
    
    —Me voy a duchar, ve vistiéndote que cuando salgas del baño, entro en la ducha.
    
    —Bueno, dame un par de minutos para que se me baje esto (señalando mi polla).
    
    —No creo que eso baje en tan sólo dos minutos, mejor me voy quitando la ropa.
    
    Lógicamente cuando ella comenzó a quitarse un traje de esos de andar por casa en verano, yo no podía bajar mi excitación, se quitó el traje al completo y comenzó a desprenderse del sujetador y sus bragas. Eran de lo más anti-morbo, pero que se le va a pedir a una mujer de 55 años.
    
    Se quedó totalmente desnuda y pasó junto a mí para introducirse en la ducha, entonces le rocé mi pene (involuntariamente) en sus nalgas y ella miró diciendo:
    
    —Parece que aún no ha bajado eso.
    
    —No, encima te has desnudado y no he podido dejar de contemplar tu cuerpo.
    
    —Pues vaya desilusión, ¿no?
    
    —No, que va, estas genial, ves que mi polla siguen en su estado.
    
    —Eso será porque eres un semental, no porque yo te ponga así.
    
    Introdujo una de sus piernas en la ducha y con su mano derecha tocó mi pene.
    
    —¡Dios mío, es increíble! Pasa y dúchate otra vez, te haré un hueco, no voy a dejar de contemplar esa maravilla.
    
    —Tía, me ha ...
    ... encantado que me la tocaras, no imaginaba algo así de ti.
    
    —Toma, ni yo. Pero hijo mío a esta edad…
    
    Tenía una mata considerable de pelos en su pubis (supongo que lo típico en mujeres de esa edad y madres de familia normales), sus pezones rosaditos y las tetas levemente caídas pero aún bastante erectas debido a su escaso tamaño.
    
    —Dame jabón en la espalda.
    
    —Sí, claro.
    
    Al darme mi tía la espalda mi polla volvió rozar su cuerpo y ella la tomó con sus manos.
    
    —Mejor primero enjabono yo esta cosita.
    
    Me tomó del pene y empezó un suave meneo arriba y abajo.
    
    —¿Te gusta?
    
    —Siiii, (mi voz estaba entrecortada).
    
    —Mejor no la enjabonamos (y se la metió en la boca) jamás había yo comido una polla, eso en mis tiempos no se hacía, y ahora… ya no tengo que llevarme.
    
    Por sus mamadas denotaba no ser muy experta, pero le ponía mucho tesón.
    
    —Tía deja que te coma el coño, seguro que tampoco te lo han hecho nunca.
    
    —Pues tienes razón, creo que me he perdido muchas cosas.
    
    Nos tumbamos en la ducha como buenamente pudimos e hicimos un 69, era genial, aunque no fuera experta me estaba dando gran placer.
    
    —¡Ahhhh, tía eres una profesional!
    
    —Calla, y sigue, me vas a matar, sigue, sigue.
    
    Nos incorporamos y se la metí en el coño, no dejó de sorprenderme con sus comentarios.
    
    —¡¡¡Vamos, córrete, vamos!!!
    
    —Ahhhh…
    
    Terminé dentro de ella, no me preocupaba porque ya sería menopáusica, ella quedó extasiada por aquel polvazo en la bañera, me confesó que había ...