1. El bautizo campestre (Día 4): El regreso


    Fecha: 15/05/2025, Categorías: Intercambios Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos

    ... inicié la estimulación de su rosado ano. -te gusta, putita-, le dije. Solo aullidos recibí por respuesta. -Tócate-, le susurré.
    
    Mientras otro orgasmo la invadía, al mismo tiempo, le retiré los dos dedos que ya tenía hasta el fondo de su culo y la verga de su ardiente coño. Acto seguido, abrí sus cachetes con ambas manos y apuntándole al orificio del culo, le incrusté, de una, la polla hasta dejarle dentro todo el glande.
    
    Elsa: Ayyy... Me duele, pero me gusta... Ayyy... Hazlo despacito, por favor...
    
    Yo: hazlo tú misma...
    
    Le abría las nalgas. Entonces, comenzó a ejercer una leve pero constante presión sobre la corneta. De ese modo, empujando lentamente se lo fue metiendo hasta llegar al fondo. Una vez dentro, comenzó con un sube y baja sin sacar la verga un milímetro de su oscuro y cálido escondite. Elsa se encontraba tan excitada que empezó a tiritar producto de otro orgasmo. En ese momento comencé con el mete y saca.
    
    Su culo seguía apretado a pesar de lo de la mañana. Estaba seguro que si no la primera, no era más de la tercera vez que se comía una verga por el ojete... Aumenté el ritmo sin darme cuenta. La mujer del patriarca acababa una y otra vez.
    
    Elsa: -entrecortadamente- a ca ba por fa vor Da ni... No pue do másss...
    
    El sol soltaba sus últimos destellos anaranjados, pintando de vívidos colores el paño del cielo para recibir al oscuro manto nocturno que no tardaba en cubrirlo todo. Elsa agitaba su cabeza al ritmo de la follada.
    
    Los orgasmos se ...
    ... sucedían, pareciendo que fuera uno solo cuando, sintiendo que ya estaba a punto de acabar, aumenté aún más la intensidad de las embestidas hasta llenarle las entrañas de semen entre audibles jadeos de ambos.
    
    Elsa: -al cabo de más de un minuto y aún debajo de mi- nunca pensé que diría esto, pero estoy tan “pochita” que no puedo hacerlo más… espero tú estés igual.
    
    Yo: ni que lo digas, preciosa… eres una tremenda mujer y si don Arturo te es suficiente, me imagino a ese hombre con 30 años menos… en fin, nos vamos?
    
    Elsa: pero no tengo ropa…
    
    Yo: tranqui… eso lo podemos arreglar… vamos, cariño…
    
    V
    
    El resto del viaje, conversamos y reímos. Frente a la puerta de la casa de Aurelio, paré el motor de la van. Elsa sonreía, satisfecha. Con mi polera definitivamente lucía demasiado sexy. Acerqué mi mano a su pierna. Su piel reaccionó erizándose al igual que sus formados pezones.
    
    Yo: -dirigiéndome a los viejos que aún dormían.- Llegamos señores...
    
    Aurelio: déjame aquí. Toma la camioneta. Mañana me la traes…
    
    Yo: nos vemos mañana entonces… espero lo hayan disfrutado tanto como yo.
    
    Ramiro: ni que lo menciones, chiquillo.
    
    Jorge: El mejor… espero volver a verla mañana…
    
    Yo: por supuesto… nos veremos en la fiesta… ya… mucho blablá… nos vemos, chaolín. –Dirigiéndome a Elsa,- ya cariño… quieres que te vaya a dejar o te vienes conmigo…
    
    Elsa: vamos… Arturo no me va a extrañar esta noche…
    
    Yo: jejeje… Sabes manejar? No? Pues es hora que aprendas… ven, cambiemos. ...
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