El bautizo campestre (Día 4): El regreso
Fecha: 15/05/2025,
Categorías:
Intercambios
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... Ahora, antes de todo qué es lo que debes hacer?
Elsa: abrocharme el cinturón?
Yo: no… antes de todo debes desnudarte… eso… ahora, enciende el carro, abróchate el cinturón, pisa el freno y mueve la palanca (para eso eres buena, créeme) hasta la D. Eso, así… Ahora, suelta el freno…
Elsa: ohhh, anda solita… y ahora qué?
Yo: presiona, muy suavemente, el acelerador. Eso, cariño, así… Lento, mire que nadie nos apura.
Unos 10 minutos más tarde llegábamos a la casa donde pernoctábamos mi novia y yo junto a mis amigos, Mario y Enrique. La citrola del huaso estaba estacionada al igual que la camioneta de Juan. El reloj marcaba pasaditas las 10 de la noche… -Entramos?-, le dije al tiempo que le ofrecía mi polera como único atuendo.
No hacía frío, pero los pezones de Elsa no cesaban en sus ansias de permanecer erguidos. Mi polera le quedaba como un cortísimo y holgado vestido. De verdad que se veía muy sexy. De la mano, ingresamos a la casa y recorrimos el largo pasillo hasta la pieza. A unos metros de llegar nos detuvimos al escuchar claramente los gemidos típicos del buen sexo. Nos miramos sonriendo. Sin golpear y en silencio ingresamos.
Solo Mario se dio cuenta que estábamos ahí, pues estaba sentado en la cama de Enrique, observando cómo en nuestra cama, Juan y el huaso le daban por el culo y el coño a todo ritmo, a mi novia. Nos saludó con la mano y golpeó a su lado con la palma de la mano en señal de invitación a tomar asiento. Asentí.
En un rápido ...
... vistazo pude ver tres botellas de tequila vacías, una nueva y otra a medias en la mesa. Alrededor de ellas, cuatros vasos. Todos vacíos. Al pasar, llené dos y, entregándole uno a Elsa. Nos miramos fijamente. De un trago lo tomamos. Serví otros dos y seguimos nuestro camino.
En el trayecto, Elsa no le quitó los ojos de encima a la escena. Casi al llegar a la cama se detuvo y acercando su boca a mi oído, susurró, -quiero que me hagan eso, Dani…- La miré y con un gesto caballeresco, hice que pasara delante de mí y tomara asiento entre Mario y yo.
Nos saludamos y acomodamos para ver el espectáculo. Era una película porno en vivo y en directo… Andrea jadeaba, borracha en tequila y placer. Su cabeza parecía desarticulada moviéndose al ritmo del mete y saca. Juan acostado mirando al cielo, con su verga incrustada en el coño de mi noviecita y chupándole sus tetas con esmero, mientras el huaso, le taladraba el culo como un poseso. Notable!
Mientras observaba con los ojos casi fuera de sus órbitas y sin siquiera percatarse de lo que su cuerpo hacía, Elsa, abrió lentamente sus piernas y sin preámbulos comenzó a tocarse el coño. Girando mi cuerpo lo suficiente, le ayudé a deshacerse de lo único que le cubría su desnudez solo para tomarle y comenzar a chupar su pechuga izquierda. Mario, por su lado, hacía lo propio con la derecha. Los gemidos de Elsa no tardaron en escucharse.
Continuará…
En la siguiente parte, les detallaré, si ustedes así lo quieren, lo que pasó esa larga y ...