1. Adelante oprime, atrás estruja


    Fecha: 22/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... los papeles. El espectáculo era para extraviarlos totalmente. Dos rozadas hendiduras, brillantes por el líquido que las bañaba me miraban como invitándome a sumergirme en ellas. Ignoro de dónde provino la fuerza que me mantuvo quieto.
    
    - “Si me preguntaran a cuál prefiero no sabría decirlo, ambas en tu tipo parecen deliciosas, y esas flores de pétalos abiertos, merecen un beso en tributo a su hermosura. ¿Puedo hacerlo?”
    
    Respondió la voz cantante.
    
    - “Por supuesto, y lo recibiremos con gusto y ganas”.
    
    La última reserva de fuerzas me hizo levantarme y ubicarme de rodillas frente a ellas, besarme la yema del índice derecho y depositarlo en cada clítoris que asomaba debajo del respectivo capuchón. Luego volví a mi asiento. La sorpresa causada fue mayúscula y, cosa rara, la que habló fue Sofía.
    
    - “¿Eso es todo?”
    
    - “Es mi agradecido reconocimiento al maravilloso espectáculo que me han regalado”.
    
    - “Sos realmente raro”.
    
    - “No creas, cuando me levanté, elegí conservar a Zulema”.
    
    - “¿Y vos pensás que ella te corresponde de la misma manera?”
    
    - “Es lo que espero y deseo”.
    
    - “Quizá tenga una debilidad”.
    
    - “Sí, puede ser, todos los humanos tenemos debilidades. La clave es no consentirla y, si hubiera caída, tomar conciencia, pedir ayuda y hacer lo conveniente para que no se repita, de lo contrario el vínculo vigente podría romperse”.
    
    - “¿Querés ver qué está haciendo tu señora en estos momentos, sola con dos hombres?”
    
    - “Tu invitación suena a ...
    ... desafío. No tengo interés en ver, a modo de control, en qué está ocupada”.
    
    - “Sorprendente tu postura tan confiada”.
    
    En eso llegaron Matías y Lucio detrás de mi mujer, ella cubierta con una salida de baño suelta adelante. Ahí pude captar un cabeceo de muda interrogación a Claudia, que esta respondió negativamente. Buscando desentrañar el sentido de ese diálogo gestual, me acerqué a Zulema deslizando por sus brazos la prenda que la cubría.
    
    - “Qué hacés, me voy a enfriar”.
    
    - “Despreocupate, un buen beso con abrazo y caricias incluidas te dará calor”.
    
    - “No, ahora no”.
    
    Tarde terminó de hablar pues ya la había dejado solo con el conjunto modelado anteriormente, mostrando una nalga algo irritada; esto lo vi de refilón pues de inmediato me dio frente. Ahí, sin darle tiempo la tomé de la nuca, enredando mis dedos en su pelo, para forzarla a arrodillarse y terminar de bruces contra el piso. Luego puse mi pie en su cuello.
    
    - “Querida, tenés dos opciones, la primera es levantar la colita para que pueda verte las nalgas, la segunda es que comience a presionar con el pie. Esto último genera dos ruidos desagradables, por un lado, la garganta tratando de hacer pasar aire, y por otro, el crack indicando vértebras quebradas. De cualquier manera, te voy a ver los glúteos, vos elegí”.
    
    Al parecer entendió mi argumento porque encogió las piernas y, elevándose sobre las rodillas levantó la grupa mostrando el contraste entre muslos blancos y nalgas rosadas, además de humedad en la ...
«1...345...10»