Mara le cuenta a Pablo (1)
Fecha: 23/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Demian1558, Fuente: CuentoRelatos
... tan caliente entre mis labios, como ahora la tuya hermanito.
S: Cómo podés ser tan guacha, primero nos calentás contándonos tus cogidas con cualquiera, ahora nos contás que te franeleabas a tu viejo pensando en tu hermano, y seguro que en este momento estás pensando en la poronga de tu viejo mientras te metés la de mi marido.
M: Sabés lo que fue para mí saber que mi padre se calentaba conmigo y que a partir de ese día no necesitaba pajearme, que ahora tenía a mi disposición esa pija y todas las veces que quisiera me la iba a poder refregar porque mi padre iba a estar esperando ansioso continuar nuestro juego y cada vez que lo hacía me iba con la bombacha empapada y mi viejo se quedaba con la pija embadurnada con mis acabadas.
S: Si, cómo está embadurnada la mía ahora, deseando pija, o por lo menos que vos me la chupes como me lo imaginé tantas veces. Dale Mara por favor! Yo se la sigo frenando a tu hermano pero giro y me la chupás.
M: (A Pablo) Si ella había deseado que se la chupe, no te imaginás lo que fue para mí al encontrarme con esa almeja roja y jugosa frente a mi boca, me di cuenta que yo también lo estaba deseando tal vez más que ella, además Susana la mantenía abierta con dos dedos de la mano libre y movía la pelvis tentándome a que me prenda a su concha, en ese momento me di cuenta que mi propio juego me había llevado a desear a mi cuñada tanto como a mi hermano, nunca había chupado una concha pero la deseaba tanto que junté mis labios los suyos ...
... como si fueran dos bocas, succioné como pocas veces lo he hecho en un beso, y mi lengua se adentró en ella recorriendo sus paredes y succionando sus jugos, indudablemente lo estaba haciendo bien, porque mi cuñada empezó a emitir quejidos de placer a tal punto que soltó la pija de Gustavo para llevar mi cabeza contra su entrepierna hundiéndome la nariz en su ojete a la vez que mi hermano me la enterraba hasta los huevos haciendo que ambos nos uniéramos a los quejidos de Susana que fueron aumentando hasta acabar en un chorro que me llenó la boca, y en vez de darme asco me enloqueció, empecé a refregarle los labios en el clítoris para seguirla haciendo terminar y tragándome el flujo.
S: Te gusta cuñada como te la entierra tu hermano? Y parece que chuparme la concha también te gusta?
M: Las dos cosas juntas me gustan, el sabor de tu flujo y el olor de tu concha me enloquece a tal punto que no voy a dejar más que me llames por teléfono si no estás con mi hermano y me contás vos como te la chupa así te recuerdo y puedo pajearme a gusto.
G: Y papá te dejaba tocársela?
M: No, creo que eso le hubiera hecho sentirse culpable, era mejor ese juego como casual de venir en cualquier momento en que no nos vieran y apoyármela, o yo a la mañana ir a saludarlo a la cama y tirarme arriba como proponiéndole un juego de pelea que terminaba siendo erótico, sobre todo cuando él estaba destapado, entonces podía sentir como le crecía la pija contra mi pubis, y mejor si podía levantarme la ...