1. Lluvia en Madrid


    Fecha: 24/05/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: quemiedo, Fuente: CuentoRelatos

    ... y cálido beso en la comisura de los labios y se acurrucó con cierto ademán mimoso entre mis brazos. Puso su pierna sobre mi cuerpo estirándose y colocándose estratégicamente encima del rabo reaccionando al instante, poniéndose en primer tiempo de saludo. Estaba un poco dubitativo si tenemos en cuenta que no nos conocíamos de nada, no sabía a qué carta quedarme. La agarré con fuerza de las nalgas que empujando hacia mí, mientras mi boca giró para buscar un pezón de Mónica. De manera traviesa empieza a palparme todo mi ser.
    
    —¿Te gusta, mi paisano? —Mientras su entrepierna buscaba ubicación en el cipote.
    
    Movió el asunto hasta lograr una erección tremenda, y se sentó encima de mi virilidad con decisión violenta, ella misma dejó sus ojos en blanco abandonándose al placer. En manera relajada pero pasional fuimos luchando por tocarnos, por acariciarnos buscando el clímax final. La lucha fue larga, pero sin brusquedades. Comprobé que cuando mordía sus labios vaginales se retorcía. Era su punto ...
    ... débil hacia el camino final del deleite. Sus pezones estaban a punto de explotar, duros desafiantes, totalmente hinchados. Sus sonidos guturales avisaban de su próximo orgasmo. Tensó todo el cuerpo, sujetó la respiración y de su garganta salía un sonido gutural de satisfacción. Un espectáculo insuperable, para seguir un momento de relajación. La cara interior de sus torneados muslos tenían ese brillo que da la humedad de sus flujos. Sus brazos me apretaron por el cuello y sólo dijo alto y claro:
    
    —¡Qué momento!
    
    Se levantó y dando saltitos se fue hacia la ducha, la que hace apenas unas horas vio su estado tan preocupante. Pasado un tiempo, no muy largo, volvió a la habitación totalmente desnuda, dirigiéndose a su maletita, de donde saco un tanguita muy pequeño negro. En nada se vistió con una camiseta roja y unos vaqueros cortos. Levantó su cara y mirándome con cierta mueca buscó provocarme.
    
    —¿Puedes andar? ¿Llamo al 112? ¿Vienes conmigo a desayunar por la Plaza Mayor chocolate con churros? 
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