Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (11)
Fecha: 25/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... resplandeció bajo las luces de la calle que comenzaban a encenderse. Lo entendía todo, el círculo se completaba y con esa prueba ahora comprendía la situación. El resumen era muy simple, Mari se había puesto celosa al saber que su hermana había sido la primera, siempre igual…
—Vale… —el corazón se le calmó, saber aquello era un paso para estar más tranquila— Entiendo que te echara de casa. Igualmente me parece desmedido, pero comprendo por qué está enfadada, no tiene que ser fácil asimilar lo ocurrido, mejor darla tiempo.
—Lo entiendo.
—¿Fue una vez o… más? —la mujer comenzó a andar hacia su casa con paso sereno.
—Una. —la mano del joven temblaba, hablar de ello por un lado le quitaba un peso de encima y por otro le atacaba los nervios— Es la primera vez que lo hablo, con mamá no dijimos ni una palabra del tema.
—Tiene que estar hecha un lío, Sergio. Sí, lo mejor va a ser darla un tiempo, que asimile todo y que pasen los días, yo la llamaré. Sabiendo lo que pasó entre vosotros, es normal que no diga nada, se tiene que sentir horriblemente mal.
—Una pena que no quiera que esté en casa, me encantaría abrazarla y decirla que no pasa nada.
—Te comprendo. Tranquilo, cariño, sigue de momento tu vida. Voy a volver a casa, cuando necesites cualquier cosa me dices, dinero, hablar… cualquier cosa. —aceleró la marcha sobre el asfalto de su ciudad. Escuchando el tono compungido de su sobrino le quiso consolar, quizá una broma sería lo mejor— Por cierto, cuando pase ...
... todo esto, me tendrás que dar algún que otro detalle.
—Tía… —Sergio sonrió con los ojos cerrados, Carmen siempre sabía hacerle reír— Algún día te lo contaré.
—Ya sabes que la tía Carmen es un demonio. —ambos rieron a los dos lados del teléfono, tan cómplices pese a la distancia— Te amo, mi vida. Hablamos pronto, ¿vale?
—Sí, tía, yo también te amo.
—Lo sé.
Carmen recorrió la calle con las farolas encendidas que alumbraban un día que se iba apagando poco a poco. El mal sabor de boca se había largado y dejado paso a una curiosidad malsana, aunque también con toques de celos. “¿O sea que mi hermana me roba a mi pequeño amante? Tiene tela lo de esta familia…”.
Se rio en una carcajada sonora que hizo girarse a par de parejas que caminaban con tranquilidad. La situación agónica le parecía ahora… interesante, esperaba que el tiempo fluyera para llamar a su hermana y pensar qué cosas la diría. Aunque ella tenía la gran baza, sabía lo que había pasado.
Todavía con el móvil en la mano y mirando un horizonte en el cual el sol se escondía timorato tras las montañas, el joven volvió al que era su hogar, al menos de momento. Subió las escaleras con calma, el portero que regentaba parecía no importarle mucho quien fuera y apenas le lanzó una mirada curiosa tras su libro electrónico.
En la decimotercera puerta del cuarto piso se detuvo con las llaves en la mano. Todavía se le hacía raro entrar allí, era su nuevo hogar, lo había pagado, pero aún era un extraño en todo ...