Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (11)
Fecha: 25/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... aquello, en menos de dos días su vida había dado un giro abrumador.
Dejó la mochila en el suelo, eran las últimas cosas que tenía en el cuarto de Javi y metió las llaves en la cerradura cuando de pronto, escuchó una voz. Más bien un grito que venía desde el lado derecho de su campo auditivo, aquello tenía que haber salido de la garganta de una mujer.
—¡TÚ!
Giró la cabeza, mirando al lugar de donde provenía el alarido y se quedó de piedra cuando vio lo que había en el pasillo. Dos puertas más allá, una chica con el pelo moreno corto y un toque azulado en las puntas le miraba envuelta en una toalla blanca mientras andaba con paso acelerado hacia él.
Sergio dio un paso atrás, la cara de la joven parecía enfurecida, como si tuviera que pagar algo con el muchacho. Retirando las llaves de la cerradura y poniendo las manos a modo de defensa delante del pecho, siguió observando como la chica venía hacia él dejando un rastro de agua a su paso.
—¿Yo? —llegó a reproducir Sergio mirando a los lados.
—¡NO! Se lo digo a uno de los veinte que hay en el pasillo. —el joven aún sabiendo que era sarcasmo, por si acaso miró atrás. No la conocía de nada, era la primera vez que la veía— ¿Sabes de duchas?
—¿Qué? ¿Cómo que de duchas? —el joven no se había encontrado más desubicado en su vida.
—¡Pues de duchas, chico! ¿Sabes lo que es una ducha? —la joven no bajaba el tono mientras se sujetaba con fuerza la toalla. Estaba claro que bajo ella no había nada de ropa.
—Sí, ...
... claro que sé lo que es una ducha.
—¡Pues ven!
La desconcertante muchacha le agarró de la manga de la sudadera sin darle tiempo a reaccionar. Sergio perdió de vista los ojos verdes que parecían brillar con la luz del pasillo pese a estar ligeramente enrojecidos.
—Espera… la mochila…
—Déjala, nadie te va a robar los calzoncillos con manchas de semen —le soltó de manera deslenguada y más rápido de lo que Sergio pudiera reaccionar.
Entraron en la puerta que llevaba a la habitación de la joven. A Sergio, que seguía sorprendido mientras le arrastraba hasta la ducha, ni siquiera le dio tiempo a observar nada, ni a pensar… con aquella aparición se olvidó de todos sus problemas.
—Oye… —algo cohibido por tal situación antes de entrar al baño— No sé qué quieres, ni sé que quieres que sepa de duchas.
—¡De cuando se atascan, joder!
En el baño pudo ver como el plato de ducha rebosaba de agua. Estaba hasta el borde y un poco ya había salido mojando el suelo de baldosa. Unas oportunas toallas secaron el exceso que escapó, aun así, tenían que hacer algo para vaciar aquello… aunque el joven no encontraba sentido a estar allí.
—Sí, se ha obstruido seguro. —Sergio se arrodilló para verlo de más cerca.
—Eres bien listo. —su ironía no tenía fin— ¿Sabes arreglarlo?
—Desatasca el tapón, seguramente será eso.
—¿Puedes hacerlo?
Por una vez su voz sonó tierna, como seguramente sería realmente. Sergio giró la cabeza, buscando reírse y decirla, “¿ahora ya eres ...