Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (11)
Fecha: 25/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... agradable?” sin embargo, notó algo. Sus ojos rojos con la luz más intensa de los fluorescentes parecían que le hubiera caído una buena cantidad de champú, pero… su cabello recogido, solo estaba ligeramente húmedo, no se lo había lavado. Tenía dos mujeres en casa y sabía que no es necesario lavarse el pelo todos los días, esa chica no lo había hecho, no obstante sus ojos verdes estaban rojos.
Por un segundo mantuvo la mirada en ella, tenía cierta belleza, pero su cara denotaba una pena que trataba de ocultar, “¿ha estado llorando?”. Volteó la cabeza hacia la ducha, volviendo a centrarse en el desagüe que parecía ser el problema y con un tono más seco le dijo.
—Haré lo que pueda. Tráeme un cuchillo o algo plano para levantar la tapa.
La joven hizo sonar sus pies por toda la habitación y trajo una especie de navaja suiza que pasó a Sergio. Con maña levantó la tapa, pesaba demasiado con toda el agua acumulada. Un pequeño tapón a modo de barrera impedía que pelos y demás “cosas” se fueran por el sumidero. Con un tirón, Sergio lo sacó, escuchando como el agua comenzaba a despedirse de ellos.
Levantándolo en alto vio un cúmulo de pelo horrible. La joven lo miró por dos segundos y sin soltar su toalla sufrió una arcada que casi la hizo vomitar. No era una imagen agradable, Sergio lo sabía bien, convivía con dos mujeres y casi siempre le tocaba a él o a su padre quitar el tapón que se originaba. Al principio también sufría arcadas, pero el cuerpo se acostumbra a ...
... todo.
—¿La basura?
La joven con la boca bien cerrada le hizo señas para que saliera al cuarto y la buscase. Sergio no tardó en encontrarla, estaba en el mismo sitio en el que estaban todas en los demás cuartos. Lo lanzó con ganas, nunca le gustó el tacto y tampoco la visión, no obstante, se paró a observarlo un momento, porque aparte del cabello negro con tonos azules, también había un cabello largo y rubio. “Curioso…” pensó volviendo al baño.
—¿No te da asco? —preguntó la joven mientras Sergio veía como el volumen de agua disminuía.
—En casa están mi hermana y mi madre, esto suele pasar. Me imagino que en tu casa también.
—Pienso que sí, pero lo arreglará mi padre… supongo…
—Bueno, creo que me puedo marchar… —por primera vez, viendo que la joven ya parecía menos histérica y con una media sonrisa le bromeó— O ¿aún no puedo salir de este secuestro?
—De momento… sí. —le siguió la broma. Al final parecía maja y le acompañó hasta la puerta— Gracias, señor fontanero. —con una sonrisa, pero con prisas comenzó a cerrar la puerta— Has sido de mucha ayuda. Ahora venga, venga, venga… que he quedado.
—Por cierto, me llamó Sergio. —con la puerta a medio cerrar viendo únicamente la cara de la joven.
—¡Ah! Sí, qué bien… yo, Carol, de Carolina. —cerró un poco más la puerta y la abrió de nuevo de golpe— Otra vez que nos veamos, como me cantes la canción de Hombres G te mato, la odio. ¿Okey?
Sergio se quedó perplejo por el desparpajo que tenía Carolina y por lo desubicado ...