-
¿Ya está a gusto? ¡Ya me desvirgó!
Fecha: 26/05/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... usted le gusta? Bueno… usted me va diciendo. Era divino sentir y ver como Pao me besaba el glande suavemente. No podía creer que después de tantos meses y desde esa primera vez que la vi estuviéramos en una habitación de hotel. Sus pequeñas manos me tomaron el tronco mientras abría su linda boca de labios gruesos y rojizos y mi glande entraba y salía. Sabía que era lo más que se iba a tragar. Ella me volvía a preguntar: ¿Está bien así? – Yo lo estaba disfrutando, aunque a veces con sus incisivos superiores sentía que me hacía daño, pero lo toleraba y le decía que no tenía que apretar el falo con los dientes, especialmente la punta que era más sensitiva aun y en todo caso que sí deseaba apretarme la verga, que lo hiciera con los labios. Era lindo ver a esta chica aprendiendo a chupar verga y desde esa sugerencia el oral mejoro mucho. Comenzó a producir mucha saliva y al igual yo emanaba de ese liquido preseminal. Yo había dejado una toalla en el gabinete frente a la cama y se lo alcancé para que se limpiara. Estuvo en ese accionar por unos diez minutos y me preguntó: ¿Le gusta? ¿Le falta mucho para que se venga? – Quizá era una de las mamadas más torpes y simples, pero me excitaba por el hecho de ver esa carita tan juvenil que tal parecía hasta infantil y que por primera vez probaba mamando una verga. Hice una pausa para darle una explicación y preguntarle: - Paulina, me encanta en como me la estás mamando y estoy a punto de acabar, pero no sé si deseas que me ...
... corra adentro de tu boca, pues si me voy afuera te puedo salpicar tu camisa y era por eso por lo que al principio te la quería remover. - Ah… entiendo. Ella misma se quitó su camisa y quedó con un brasier rojo y como se miraban esas tetas comprimidas. Yo le asistí en desabrocharlo y Paulina quedaba casi desnuda con solo su tanga roja. Eran unos melones redondos de una copa que se acercaba a la medida D. Sus pezones eran cafesosos y redondos también de buen tamaño y su areola la magnificaban las puntas de sus tetas. Realmente daban ganas de chuparlas, pero luego recordé el trato de solo hacer sexo oral, aunque en mi mente ya se las estaba mamando e imaginado que me hiciera una rusa. En esa pausa me he hincado a la orilla de la cama entre medio de las hermosas piernas de esta chica. Le dije que había llegado mi turno de probar su conchita y que luego ella continuaría mamando y hacerme tocar el cielo. Nuevamente ella se apoyó con sus brazos y levantó el trasero para remover esa pequeña tanga. Estaba mojada y cuando se la despegué de su concha, un hilo incoloro de sus jugos vaginales se alargó y ella solo me dijo: - ¡Me tiene bien caliente! - ¡Y tú a mí! - Espere, me voy a limpiar con la toalla. - No… no te preocupes. La idea es probar como sabes, saborearte. - ¿De veras le gusta como huele eso? - ¡Me encanta como huele y de seguro me encantará a como sabe! - Ustedes los hombres son muy raros. La verdad que de su sexo emanaba ese olor a feromonas ...