Una buena alumna (parte 2 y final)
Fecha: 29/05/2025,
Categorías:
Intercambios
Autor: EriccsonV, Fuente: CuentoRelatos
... pone su clítoris sobre en la boca de Ana. Pasa 1 minuto y Valentina comienza a acabar. Se quita algo desperada de la boca de Ana y me dice: “ahora acuestasteee, rápido”.
Valentina se monta sobre mi verga, me cabalga intenso y a los segundos vuelve a tener un fuerte orgasmo.
La Vale, estaba con su cara roja, sudada y muerta de cansancio, pero complacida al máximo, y me dice: “me das tu lechita?”.
Ella no se había salido de mi verga, por lo que reanuda sus movimientos.
Ana que había acabado hace algún momento se pone cerca de mí y pone sus tetas cerca de mi boca: “por si necesitas más amor jeje”, me dice.
No aguanté mucho más y empecé a llenar las paredes vaginales de Valentina con semen.
Vale: “que rico, hoy me han llenado toda”.
Vale me besa y besa a Ana.
Nos levantamos, miramos si la ducha estaba disponible. Salimos y vemos a Rocío con Juan dormidos sin ropa, con ella agarrándole la verga, nos dio risa.
La ducha era grande, nos metimos los 3. Nos repartimos el jabón. Jaboné a Valentina y Ana, sus senos, piernas, espalda, ...
... vagina. Froté sus clítoris, metí mis dedos dentro de sus vaginas y me salí de la ducha. Mi verga se había puesto ya muy dura, pero tenía cosas que hacer y emprendí rumbo a mi casa.
Valentina y Ana siguieron en la ducha y tuvieron sexo nuevamente.
Ayer al salir del trabajo vi a Ana, vestida como siempre la veía para ir a universidad. La saludé, y para mi sorpresa estaba con Valentina, se iban a tomar algo a un bar cercano. Pese a la diferencia de casi 10 años, ellas se habían seguido viendo.
Para la otra te podemos invitar me dijeron, “así que atento jeje”.
Ojalá llamen algún día.
Con Juan hablé hoy, y me dijo que esperaba que todo quedará entre nosotros. No había nada que hablar, yo iba a morir con el secreto. Luego me habló de arrendar a una cabaña con Rocío, ella quería un trío me dijo. Le dije que sí, tengo muchas ganas de cogerme a Rocío nuevamente.
Juan: “espero te sirva el vídeo que le grabaste como consuelo mientras tanto”.
“Me ha servido bastante jaja”, le dije.
Y, a decir verdad, lo había visto casi todos los días.