1. Su primera vez, y la mía...


    Fecha: 01/06/2025, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pezones había aumentado de tamaño. Ahora su cabeza estaba apoyada en la pared. Supuse que estaba cansada y que tenía que espabilarme.
    
    Joder, como sigas así me voy a correr !!!
    
    Decidí dejar sus pezones y rebajar un poco su excitación; me entretuve un par de minutos masajeando sus hombros para luego llevar mis manos lentamente hacia su cintura, acariciando antes un momento su barriguita. Al deslizar mis dedos por su entrepierna noté sus braguitas totalmente empapadas. Una mano por delante y otra por detrás, mis dedos comenzaron a toquetear su coño y su ano simultáneamente. Al rato ella volvió a incrementar su estado de excitación y aunque no decía nada, por sus gemidos y la forma de tensar su cuerpo y retorcerse, notaba que estaba de nuevo a punto de correrse.
    
    Me detuve y me separé un paso hacia atrás, pero ella, muy obediente, ni se movió; gemía y gemía y no paraba de pedirme que siguiese.
    
    Me acerqué de nuevo. Shhhhh, ven conmigo, le susurré. La cogí de la mano y la llevé al dormitorio. puse unas almohadas sobre la cama y la dije que se tumbara sobre ellas, a caballito.
    
    Fijaos si la chica estaba caliente que se montó en las almohadas, apresó con su piernas una y comenzó a restregarse y retorcerse sobre ella.
    
    Mientras disfrutaba el numerito terminé de desnudarme, me acerqué a ella y tiré de sus braguitas lentamente hasta quitárselas
    
    ¿Estás segura de que quieres hacerlo? le susurré como última posibilidad de que se echase para atrás
    
    Siiii, me has ...
    ... excitado tanto y tan bien que me puedes hacer lo que quieras...
    
    Me coloqué un condón. Agarré un bote de gel lubricante (que era de ella, ojo) y me embadurné una mano, la otra y mi polla. Y también estaba muy encendido y ante mi primero polvo anal no estaba seguro de no acabar a la primera de cambio.
    
    Me recosté a su lado y nos morreamos otro rato. Y mientras mi mano acariciaba sus labios vaginales y su ano repartiendo gel en cantidad. A los pocos momentos podía meterle un par de dedos en su coñito como si tal cosa y su ano también se abría poquito a poco. Primero le metí un dedo despacito. Noté un poco de tensión pero no tardó en relajarlo y con facilidad pude meter la punta de dos dedos.
    
    Los saque y nos miramos
    
    Fóllame ya, estoy preparada....
    
    Me recosté sobre ella, aunque dejando casi todo mi peso sobre mis manos y mis rodillas. Su culito en pompa y lo bien que estábamos colocados hizó que en seguida mi rabo encontrase acomodo en su culo. Me gustaba moverme encima de ella para que nuestros cuerpos se fueran compenetrando; en un par de ocasiones mi polla acabó dentro de su coño, y ella lo recibía con un gemido.
    
    Yo tenía el rabo como una barra de acero de duro. Lo cogí con mi mano y lo dirigí a la entrada de su ano, que estaba tan relajado que casi no me di cuenta cuando con un leve empujón mi glande desapareció dentro de ella. Paré un momento mientras ella resoplaba. No quería ni por un momento hacerle el más mínimo daño, aunque reconozco que tuve que esforzarme en ...