Joven de 18 pierde la virginidad con dos mujeres calientes
Fecha: 01/06/2025,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos
La ciudad de Ibiza es famosa por su ambiente festivo y libertino, especialmente en verano. Miles de jóvenes —de ambos sexos— llegan a diario de todas partes con ganas de fiesta. Esta diversión se traduce en alcohol, drogas, discotecas o sexo, en ocasiones un cóctel de todo. Son populares los paquetes que incluyen avión ida y vuelta y entrada a alguna de las más populares discotecas. La idea es llegar temprano, pasar mañana y tarde en la playa, o vagando por la ciudad, y terminar en la discoteca, antes de regresar la mañana siguiente, triunfantes o decepcionados según se hayan dado las cosas.
Chema y sus amigos son un claro ejemplo de jóvenes ilusionados.
A Chema lo conocí ayer por la tarde en la playa. Yo estaba con mi amiga Alicia tomando el sol en topless, cuando un grupo de tres chicos y dos chicas se pusieron a nuestro lado. Iban muy alegres, menos uno de ellos, que estaba desparejado. En un momento dado, las dos parejitas fueron a dar un paseo, muy acaramelados, y el pobre quedó al cuidado de las pertenencias de todos, visiblemente decaído.
Mi amiga estaba tumbada boca abajo, escuchando música con auriculares y los ojos cerrados, ajena a todo. Aproveché para conversar con el muchacho.
Dijo ser de un pequeño pueblo de Guadalajara, igual que sus dos amigos, y ellas de Madrid. Las habían conocido en el avión y llevaban juntos desde entonces. Su voz era tímida, no tanto sus ojos, que miraban el culo de mi amiga y mis pechos cada vez que yo desviaba la vista. Me ...
... pareció feo que, siendo tres, los otros ligaran con dos chicas; más que nada porque alguno quedaría inevitablemente sujetando la vela. Así se lo dije; no obstante, Chema aclaró que eran cuatro en el avión, pero las otras se habían ido por su cuenta. Entendí que las otras no le gustaban, pero dejó caer que no le habían hecho caso.
—Ellas se lo pierden, porque eres mono, físicamente estás bien y eres simpático —le dije sonriendo y pregunté—. ¿Te asustan las chicas?
El pobre apartó la mirada hacia el mar y respondió con tono descorazonador:
—No me asusta hablar con las chicas, pero no soy tan lanzado como mis amigos.
Le tomé la barbilla y dirigí su rostro hacia mí. Luego le hablé con ternura.
—Imagino que no te has atrevido a decirles nada, esperando que ellas dieran el paso, y así es complicado con casi todas las mujeres. Pero, mira por dónde, has dado con una de estas, porque a mí me gustas. Prefiero los tímidos a los descarados. Por cierto, me llamo Sandra, tengo veintidós y soy de la provincia de Alicante.
Le di dos besos en las mejillas y llamé la atención de mi amiga con un par de azotes en el culo. Se levantó sobresaltada. Los presenté, se saludaron con otro par de besos y los tres hablamos durante un rato. Luego Alicia fue a darse un baño. Chema se la comió con los ojos mientras caminaba, especialmente su espectacular culo, mínimamente tapado con el tanga.
En este momento dejamos de hablar, interrumpidos por sus amigos, que regresaron con las otras. ...