1. Joven de 18 pierde la virginidad con dos mujeres calientes


    Fecha: 01/06/2025, Categorías: Primera Vez Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos

    ... Poco después volvió Alicia, tomó el relevo cuidando nuestras cosas y me levanté con intención de darme un baño. Apenas di unos cuantos pasos, me di la vuelta y ahí estaba él, mirándome embobado. Me sentí halagada y le pedí que viniera conmigo. Le costó unos segundos decidirse, pero vino, le tomé de la mano y caminamos juntos, mientras los otros nos miraban alucinados.
    
    Durante un rato tonteamos salpicándonos agua en la cara, una cosa llevó a otra y terminé abrazada a su cuello con los brazos y a la cintura con las piernas, fingiendo que no hacía pie y apenas sabía nadar. Así le susurré al oído lo mucho que me gustaba y le besé. No fue la típica comida de morros en plan salvaje, sino suave, con pequeños mordisquitos en los labios, alternando el superior y el inferior repetidas veces. Entonces percibí cómo su miembro crecía y oprimía mi sexo. Aunque este hecho no implicaba que fuera virgen, le pregunté y lo admitió al tiempo que giraba el rostro, visiblemente avergonzado. Resultó tan tierna su forma de responder, que le propuse vernos por la noche, porque Alicia y yo teníamos que irnos en un rato. Vaciló un instante, mirando a sus amigos, y aceptó cuando le di un último empujoncito, argumentando que pensara en sí mismo, igual que hicieron ellos con las otras.
    
    Volví a besarlo y salimos juntos del agua. Entonces me sentí juguetona y salté sobre su espalda, pidiendo que me llevara a caballito. Cuando llegamos, sus amigos le miraron en plan, ¿qué coño verá esta tía en él? Le ...
    ... di un piquito y me senté con Alicia.
    
    —Te veo muy motivada con Chema —dijo ella esbozando una gran sonrisa.
    
    —El pobre es tímido y se siente apocado porque sus amigos han ligado y él no —respondí al tiempo que maduraba una idea en mi mente—. Además, tiene dieciocho años, es virgen y siempre recordamos la primera vez. Podemos darle la experiencia de su vida, para que presuma de haber debutado con dos tías estupendas.
    
    —Veo que vas aprendiendo de tu maestra —respondió Alicia entre carcajadas, señalándose a sí misma con el dedo.
    
    Conformes las dos, le di mi número para cuadrar la cita más tarde, nos despedimos besándole los labios y caminamos exagerando el contorneo.
    
    Recibimos su llamada terminando de cenar en una pizzería junto al puerto, cuando habíamos perdido la esperanza y hacíamos planes propios. Nos citó en la entrada al recinto donde se celebraba una pool party. El problema es que ellos tenían entrada y nosotras no. Sería imposible obtener una de última hora. Chema resolvió el problema anunciando que les sobraban dos, las de aquellas que se fueron por su cuenta pasando de él. Por lo visto, habían ligado con dos ingleses y no pensaban ir, por lo que nos cedían sus entradas a precio de coste.
    
    Como el lugar estaba a las afueras de la ciudad, a unos cuatro kilómetros de la zona del puerto, llegamos en taxi, conformes en integrarnos en el grupo, más que nada para que Chema no se sintiera intimidado por dos lobas hambrientas, vestidas con top bikini y minifalda ...
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