1. Joven de 18 pierde la virginidad con dos mujeres calientes


    Fecha: 01/06/2025, Categorías: Primera Vez Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos

    ... hubiéramos sido nosotras y no otra.
    
    Vale, todo muy tierno y lo que se quiera, pero nosotras seguíamos con ganas de más. Alicia propuso buscarnos un par de vigorosos machos que dieran más juego, pero entendimos que podría resultar arriesgado. Entonces se me ocurrió una alternativa menos temeraria y con ciertas garantías. Con esta intención pregunté a Chema qué tal les iba a sus amigos con las otras. Afirmó que eran de las que se dejan meter mano, pero de momento nada más. Alicia entendió y los tres fuimos a buscarlos.
    
    El caso es que nos importaron tan poco al principio, que ni recordábamos sus nombres. Chema nos los recordó. Al más alto le llamaban Toni, el otro Luis.
    
    Los encontramos charlando con las chicas, llamé con el dedo a Toni y vino. En plan cotilla, le pregunté qué tal les iba con ellas. Él respondió que de momento nada de nada, que solo tenían ganas de fiesta. Entonces, me acerqué a su oído, le dije lo que acabábamos de hacer con Chema y que teníamos ganas de más. Finalmente, resultó graciosa su cara cuando le propuse, sin pelos en la lengua, si querían follar con nosotras. Chema confirmó que era cierto e íbamos en serio. Aun así, para convencerlo del todo, tomé su mano y la metí por debajo de la minifalda.
    
    —Como puedes darte cuenta, no llevo bragas —le susurré al oído—. Mi amiga tampoco. Se las hemos regalado a Chema como recuerdo de su primera vez con las dos. Podéis decirles que vais a mear. No se extrañarán si tardáis media hora o más, estando los ...
    ... aseos como están.
    
    Chema se las mostró discretamente y los dos fueron con el otro. Le apartaron de las chicas y cuchichearon los tres mientras nos miraban. Chema confirmó con la cabeza y le indicamos que nos siguieran.
    
    En la calle, miramos a nuestro alrededor buscando un lugar discreto. Donde lo hicimos con Chema daríamos el cante siendo tantos. Entonces vimos varias personas que provenían de detrás del muro que delimita el recinto. Los típicos que no esperan la cola de los aseos. Caminamos siguiendo el muro, alumbrando con los teléfonos, hasta llegar tan lejos que no se veía ni escuchaba a nadie cerca, salvo el estruendo de la música y levemente las olas rompiendo contra las rocas.
    
    Alicia y yo nos pusimos en cuclillas —el suelo era de tierra con multitud de pequeñas y afiladas piedras—, esperamos a que se sacaran la verga y les dimos una buena mamada hasta que se pusieron erectas y duras del todo. Estábamos listas, pero Alicia cayó en la cuenta de algo que yo había pasado por alto. Recelaba de que, estando algo ebrios, tuvieran la brillante idea de hacerlo sin condón.
    
    —Lo mejor es follar por turnos, una primero, mientras la otra se asegura con la luz del móvil de que lo tienen puesto, y luego cambiamos —propuso mi amiga.
    
    Ella fue la primera. Se colocó cara al muro, con la minifalda subida y el culo ligeramente fuera. Yo le di un preservativo a cada uno y vi cómo se lo enfundaban. Toni, más lanzado que Luis, no tardó en colocarse tras ella y clavarla en el coño. ...
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