Génesis, la muy caliente esposa de Josué. Coge delicioso
Fecha: 05/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: RRuser, Fuente: CuentoRelatos
Génesis era y es una mujer muy guapa. Alta y delgada, de piel blanca, con una cara un poco alargada, labios y boca pequeños, de ojos grandes de color café claro. Sus pechos firmes que cabían en cada una de mis manos, cintura breve y de nalgas ni muy grandes ni muy chicas.
Tanto Yesica como yo no cabíamos de gusto al saber que intercambiaríamos parejas con su esposo Josué. Estando en el motel y mientras Yesica se lo llevó a él a la habitación que eligió, Génesis y yo entramos a nuestra habitación.
-¿Has estado con alguien más aparte de tu esposo? -Le pregunté mientras nos sentábamos en el sillón y pedía unas cervezas a la recepción.
-Nunca. Se me ha antojado uno que otro chico de la plaza comercial, entre ellos tú, pero ni loca me hubiera atrevido a engañar a Josué. No sé dónde tenía la cabeza cuando acepté intercambiarnos.
-Espero que no te arrepientas ahorita. ¿Qué sientes al saber que tu esposo se va a coger a mi novia? ¿Estás celosa?
-Sí me dan celos, pero él a muchas chicas les tira la onda, así que aprovecharé esta para desquitarme.
Mientras nos tomábamos las cervezas platicamos un buen rato, del trabajo, de la infidelidad, de los sentimientos, hasta que tocamos el tema del sexo. En qué le gustaba y qué no, para este punto ya estábamos sentados juntos y la abrazaba con un brazo mientras con mi mano libre acariciaba sus piernas, nos comenzamos a besar, me encantaban sus labios y su boca pequeña.
La recosté en el sillón y me hinqué a su costado, ...
... seguíamos besándonos mientras con mi mano acariciaba sus pechos sobre la ropa, metí mi mano bajo su blusa y el contacto con su piel le provocó escalofríos, abrió sus piernas y sobre su pantalón froté su panocha, al sentirme cerró sus piernas apretando mi mano con fuerza, aún sobre la ropa se sentía muy caliente. Metí mi mano bajo su pantalón a la altura de su abdomen y fue ella quien lo desabotonó y con calma lo fue bajando hasta donde pudo y yo terminé de quitárselo.
-¿Te gusta que te la chupen? -Le pregunté. Y ella contestó que sí, pero su esposo casi nunca se lo hacía.- Pues que mal por él, no sabe de lo que se pierde -le dije.
La levanté un poco para que se reclinara en el respaldo del sillón y me puse entre sus piernas. Se las levanté para quitar su pantaleta y me encontré con una vagina como no había visto antes. Sus labios vaginales no se notaban, se veía como lo que se llama una pata de camello, sólo había una rajita muy húmeda. En su pubis muy poco vello púbico de un tono claro por ser el color de su piel muy blanca. Luego de admirar esa hermosura de panocha, acomodé sus piernas sobre mis hombros y sus nalgas en la orilla del sillón. Me supo deliciosa su humedad. Metí mi lengua en ella y era diferente su forma de apretar, succioné con mis labios su clítoris que de igual forma apenas y se notaba, lo encontré por sus gemidos, pues ese era el punto en donde más fuerte gemía. Le dediqué un buen rato a mamar su rica panochita, ella se quitó la blusa y como pudo desabrochó ...