La sorpresa de mi amante
Fecha: 07/06/2025,
Categorías:
Anal
Autor: Mickaela, Fuente: CuentoRelatos
Estaba impaciente por verlo. Nuestras citas cada 15 días cada vez se hacían más duras de esperar. Llegaba a ellas apurada como gata en celo.
Esta vez, me citó en un hotel lujoso, en la habitación del ático.
Llegué y cómo era de costumbre no faltaba detalle: música relajante de fondo, una botella de champán caro, las cortinas elegantemente cerradas, unas velitas rojas que iluminaban tenuemente la preciosa habitación, el yacusi en pleno funcionamiento con agua calentita y unos pétalos de rosas rojas a su alrededor que desprendían un olor floral y fresco muy agradable.
Me desnudé despacio, agradeciendo a mi cuerpo el regalo de placer que me daría en pocas horas. Me miré al espejo y acaricié suavemente mi cuerpo femenino y natural, con esas curvas que enloquecen a los hombres y los rinden a mis pies.
Me preparé una copa de champán y me metí en el yacusi disfrutando de su perfecta temperatura que en contraste con el champán helado ya me daba escalofríos de placer.
Y llegó. Entró muy despacio, sigilosamente, pero con paso firme convencido de su poder. Un poder que me rinde a sus pies mientras me derrite de placer y me hago pequeñita a su lado. Se lo que me espera, su mente vil y sus habilidades me harán estremecer hoy también, igual que en cada cita que tenemos.
Este poderío me gusta y me pone, pero a la vez, me da un miedo paralizante. Soy una mujer empoderada, que ando con paso firme por la vida y nada me desvía de mi centro y mi foco. Excepto él. Pura ...
... adición. Pura pasión. Perdición. Mi mente se resiste, pero mi corazón y me cuerpo se rinden a lo que me espera. No tengo escapatoria. Otra vez más, gozaremos de esta locura adictiva y placentera que nos conecta y nos une. Esta locura que nos hace gastar dinero, coger aviones y cruzar países solo para vernos y disfrutar de momentos como el que nos esperan.
Se acerca por mi espalda, observándome relajada dentro del agua caliente. Mi respiración se acelera y nota mi nerviosismo, mi incertidumbre y a la vez, unas ganas locas como si fuera nuestra primera vez. Se que le pone cachondo verme como una niña buena e indefensa teniéndome a su merced.
Noto sus manos, se apoyan con confianza en mi espalda y retiran parte de mi pelo largo y suave hacia un lado para darme un tierno beso en el cuello. Giro mi cara y nos fundimos en otro deseado beso apasionado en los labios. Me da las manos y me invita a salir. Me seca tiernamente con una toalla de algodón blanca que también huele a rosas. Me seca como si fuera una muñequita que se puede romper: con delicadeza, ternura, mirándome a los ojos con un deseo feroz que en breve vamos a saciar.
Ya de pie, uno frente al otro. Yo desnuda y vulnerable y él aún vestido de calle, vuelvo a sentir esta sensación excitante de estar a su merced. Me da la mano con cariño hasta hacerme a la cama. Me quedo quieta, a la espera de sus intenciones de hoy, a su merced… otra vez. Quiero abrazarlo, pero siento que pone distancia. Empieza la fiesta, reconozco esta ...