El primer pecado es siempre el mejor
Fecha: 11/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: AnaSur, Fuente: CuentoRelatos
... chico que se estaba beneficiando de mi estado de subconsciencia y él lo tomo como la carta libre que le quedaba por descubrir. Sus manos pasaron del límite de mis muslos hasta sentir como la yema de sus dedos topaba contra mi tanguita. Miré hacia abajo y la tela de los volantes de la falda tapaba lo que estaba pasando debajo. Suspiré, apoyé la cabeza en su torso y sus manos subieron hasta quedar clavadas en mis ingles. Joder, sabía lo que hacía, sus dedos índices rozaban la tela de mi tanga apretándomelos contra mis labios, ya en esos momentos algo hinchados. Así seguíamos bailando entre la muchedumbre, mientras mi cuerpo cada vez sentía más pegada la tela de mi vestido a mi piel a causa del sudor. Mi excitación era tal que empecé a mover mis nalgas contra su entrepierna, rozándome, frotándome hasta sentir que mi compañero de baile empezaba a ponerse muy duro debajo del pantalón. Notar su dureza entre mis nalgas me hizo perder el control y directamente lleve mi mano a su boca para que chupara mis dedos. Sentí como me los lamía con ganas, con deseo, llevándolos hasta dentro de su boca al tiempo que la presión de sus dedos en mí ya empapado coño hizo que la tela de mi tanga entrara sin compasión dentro de mi sexo. Arqueé mi espalda, pegué mi cabeza contra su pecho, sentía mis pezones arañando la tela de mi vestido, cuando empecé a mover mi cadera en círculos encima de sus dedos que se clavaban en mi coño presionando la tela cada vez más en mi interior. Sentía tanto places con ...
... el roce de la tela frotando mi clítoris, que sentía que me iba a correr sin importarme nada más.
- Ecco fatto, muoviti, cazzo…
- Para por favor… (Suplicaba sabiendo que no me escucharía, porque en realidad, no quería que escuchara mis suplicas, si no que acelerara la estimulación de mi coño…).
Notaba como mi pelvis se contraía al ritmo de sus dedos, como mis caderas daban pequeños espasmos buscando el placer. Mis dedos jugaban con su lengua, caliente y húmeda, hasta que sin remedio mi cuerpo se convulsionó. Mi otra mano agarro la tela de su pantalón hasta retorcerlo y mi coño liberó una cantidad de flujo que no supe calcular… Mi cuerpo cayó sobre sus manos, relajada… Y el chico comprendió que sus caricias habían dado resultado. Me giré, avergonzada, incapaz de mirarlo a la cara.
- Lo siento yo…
El me miraba, claramente excitado. Intento besarme, pero giré la cara. Me gustaba físicamente, pero eso no podía ser. Tenía novio, y aunque todas las amigas sabíamos que Cuba era un sitio con riesgo, dentro de mi no pensaba en traspasar la línea… Línea que ya era tarde…
Durante toda la noche intenté sobreponerme. Pensaba que no tenía porque pasar nada más, todo podría quedarse en un baile sin más. Aunque dentro mi cuerpo ardía en deseos de terminar aquella locura, mi mente necesitaba resetear, pensar en otra cosa. Me refugié entre mis amigas, ya que notaba como aquel joven no cesaba en su intento de seguir con aquello y no le culpo pues fui yo quien lo había dejado a ...