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Un inconveniente afortunado
Fecha: 13/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos
... peleé a los gritos con el Tano y me fui dando un portazo... Nada nuevo. Exactamente así, ese tipo de situaciones no eran infrecuentes es esa oficina. - Tranquila. Ya sabes como es. Y así de sorete igual no echa a nadie. Solo maltrata. El corte lo pones vos cuando decidís hacerlo. Lo hablamos muchas veces. – “¡Listo!” pensé. Era mi oportunidad. “Le invito un café con la excusa de charlar sobre eso y vemos a donde llego.” - Si – dijo dubitativa – bueno en realidad… pero el caso es que ya tenía que ir al baño hace rato, me fui en la bronca de la discusión y me estoy re-meando. Esto último lo agregó susurrado al oído, estirando un poco el cuello, ya que le llevo 15 centímetros. Estábamos parados uno frente a otro, en el vagón que ya iba bastante lleno. En el espacio reducido apoyaba circunstancialmente sus tremendas lolas sobre mi pecho. Vestía una blusa blanca, que las contenía con algo de esfuerzo en sus botones y con la ayuda de un corpiño que se adivinaba de encaje blanco. Su largo llegaba apenas hasta la cintura insinuando algo de piel arriba del jean celeste lavado muy ajustado. - Che, ¡pero es corto el viaje! ¿Tomaste mucho café? - No ni había. Tomé dos de esos tecitos de hierbas que supuestamente te calman los nervios. - ¿Los del sobrecito lila? - ¡Si esos! Los que te gustaban a vos. - ¡No boluda! ¡Son diuréticos! A mí me hacían mear todo el tiempo...Bueno, tranquila. Mejor sigamos charlando de otras cosas así te distraés. Todo el diálogo ...
... fue también al oído, casi abrazándonos. Aunque prudentemente trataba de tener mi cintura separada. Mi erección ya podría ser perceptible. Con Laura en el subte era la norma. Conversando cerquita por el gentío como a punto de chapar, no colaboraba en mi esfuerzo por no calentarme con ella. Pero los movimientos nerviosos de sus piernas ya claramente no tenían que ver con mantener el equilibrio en el movimiento del subte, y ocasionalmente descansaba el peso en una cruzando la otra con fuerza, inclinándose levemente hacia adelante, y en consecuencia volviendo a descansar suavemente sus pechos en el mío. Por un momento, en una breve y furtiva mirada a sus tetas (siempre había breves y furtivas mirada a sus tetas cuando la tenía cerca) me pareció que sus pezones ahora se marcaban en las prendas que los contenían. “Que cagada” pensaba. “que oportunidad para aun café casual cerca de su parada y esta mina tiene la cabeza en correr a su casa al baño... bueno, igual el reencuentro es una buena justificación para chatear mañana ver qué onda”. De cualquier manera la conversación "de otras cosas" duró poco. La formación frenó y se detuvo entre estaciones. Nada raro en la hora pico. - ¡No te puedo creer! ¡Justo ahora, la puta madre! - Dijo nerviosa. Los siguientes minutos nos quedamos en silencio. - Arrancá subte de mierda. – murmuró apretando los dientes. - ¿Tan mal Lau? – Una idea para intentar aprovecharme de su problema me vino a la cabeza. - Peor. No aguanto más Jorge. ...