Un inconveniente afortunado
Fecha: 13/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos
... (lo más parecido a un abrazo que me permitía el apretujamiento), más en un gesto de empatía que de sensualidad. Una cosa es el deseo, pero Laura era una buena mina y yo no era tan hijo de puta.
- ¿Y cuándo bajemos, es muy lejos? – me susurra.
- Salimos al andén, tenemos una escalera mecánica corta, luego atravesamos el patio frente a la boletería. Todo este tramo hay gente. Giramos en un pasillo y subimos otra escalera mecánica larga, allí generalmente no hay nadie. Luego otro tramo de escalera común, salimos a una plaza seca, unos metros más y llegamos a la calle. Contiguo a esta está el edificio, no hay portero y generalmente no hay gente, y debemos llegar al segundo piso.
- Ok. Abrochame el pantalón.
- ¿Qué?
- Yo no puedo, tengo una mano con la cartera, y con la otra sola no puedo.
Maniobré mis manos furtivamente en el ínfimo espacio hasta sujetar ambos lados de prenda, encontrándome con su mano que también estaba por allí. Los ceñí mientras exhalaba, y luego le subí el cierre. Llegábamos a la estación y la puerta se abrió a nuestro lado. Mas que bajarnos, la presión de la gente nos empujó al andén. La tomé del brazo y caminamos en silencio, ella con pasos muy cortos y nerviosos, por el andén. Luego subimos la primera escalera mecánica, cruzamos el patio de la boletería. Giramos en el corredor, avanzamos hasta la segunda escalera mecánica, donde como había anticipado no había nadie. Al subirse delante de mí Laura lanzó un quejido, puso ambas manos en su ...
... entrepierna con fuerza, y se agachó hasta quedar casi en cuclillas. Yo estaba un escalón más abajo tras ella, con lo cual apoyo ahora su culo en mi verga. Llegamos arriba, y rodeé su hombro con mi brazo para acompañarla en la escalera, que ella subió con ambas manos en su entrepierna, atenta a que nos pudiéramos cruzar con gente. Cuando salimos a la plaza seca procuró normalizar su postura al caminar, y podía sentir la tensión en todo su cuerpo. Abrimos a la puerta de calle (ya tenía la llave lista en mi mano), fuimos hasta los ascensores...
- ¡No, no, no!
Ninguno estaba en planta baja. Laura movía rápidamente sus piernas golpeando los pies en el piso. La acompañé finalmente dentro del ascensor.
- Ayyy… - Laura se pone en cuclillas dando respiraciones cortas y profundas.
Llegamos, y corre por el pasillo delante de mí, con trancos cortos hasta que llegamos a la última puerta la cual abro de sin demora.
- ¡Ahí, a la izquierda!
Laura corre, apenas entorna la puerta del baño y en un segundo la escucho descargar el meo más largo y fuerte que vi en mi vida. Por Dios como debía estar de llena la vejiga de esa mujer.
Enciende la luz de baño y la escucho suspirar relajada.
- ¿Mejor Lau? Llegaste.
- Si boludo. O no tanto.
- ¿No tanto?
- Mi pantalón esta mojado, la toallita está saturada y mi bombacha es un enchastre y desbordó bastante al pantalón. ¿Tenes algo para secarlas?
- Y… no. Habrás visto que el departamento está vacío. - Literalmente. Vacío, ...