Un inconveniente afortunado
Fecha: 13/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos
... recién terminado, y preparado para ser mostrado para la venta.
- No, imaginate que no vi nada. – su tono mostraba que recuperaba algo de su alegría habitual.
-Ya sé. Pasámelos los pongo al lado del termotanque que está encendido. En 30 minutos se
Con el calorcito y la ventilación se secan lo suficiente. Al menos el jean….
Me los pasa entreabriendo la puerta, los voy a colgar en ese lugar. “Que mierda”, pensé. “Acá en el departamento solos, pero con Laura habiendo pasado probablemente la situación más vergonzosa de su vida. Es no da para más que una conducta de hermano mayor”. Siento correr el agua del bidet.
- ¿Tampoco una toalla?
- Mmmm tampoco… a secarse al aire, jaja - al tiempo que me sentaba en el piso desierto del cuarto de estar, y comenzaba a chequear mensajes en mi celular.
- ¿Y ahora?
- Y ahora vos estas allá, yo acá, y conversamos un poco de la vida mientras se secan tus pantalones… - la escucho revolver la cartera, seguramente buscando también su celular.
- Gracias por lo que hiciste. Me da mucha vergüenza todo, y espero que sigas con esa frase que repetías acerca de que los caballeros no tienen memoria.
- Para eso están los amigos, y respecto a lo otro, justo estaba subiendo el ¨Story¨ en Instagram, con la foto de tus jeans secándose.
- ¡Que pelotudo que sos! - rio – Ya imagino el texto: "Laura Rodriguez se meó encima y su pantalón se orea junto a un termotanque mientras la protagonista intenta secar su concha".
- ¡Que feo ...
... sonó eso último! Tratá de que nunca se seque del todo.
- ¡Jorge! – Rio a carcajadas. – Me hacés poner colorada.
- Vos no te ponés colorada, sos más malvada que yo.
- Si estoy colorada.
- A ver, pasame una selfie. - Me pasa una por chat, sacada desganadamente desde abajo, probablemente con el celular apoyado en sus rodillas.
- ¿Vistes?
- No, no veo nada, me ocultás tu cara con las tetas. – dije entre risas.
- Bien que te gustaron siempre mis tetas, Jorgito. Pero nunca avanzaste.... – la última oración la dijo en otro tono, más seria, hasta con cierta melancolía.
- Si es cierto. Estás rebuena Lau, y me gustás mucho. Tenemos mucha onda y no soy ningún santo. ¿Pero en ese puterío? Acordate lo que me costaba. Ya estoy algo viejo Laura, y veces uso más la cabeza.
- Tu otra cabeza sugería otra cosa en el subte. - Su voz ya no veía de dentro del baño.
Yo tenía la vista en el celular durante la conversación. Giro la cabeza y la veo parada junto a la puerta del baño, desnuda de la cintura para abajo. Su cara con su amplia sonrisa y sus hoyuelos, sus ojos azules penetrantes clavados mí. Sus muslos generosos pero bien torneados enmarcaban una concha carnosa, jugosa, perfectamente depilada. “El arco del triunfo” – me vino a la mente una metáfora que usábamos de jóvenes con unos amigos.
En silencio me pongo de pie y me acerco.
- Que linda que sos... pero... pero... el vino francés también está incluido en el menú, supongo.
Y sonreí pícaro mientras ...