1. Una luz en mitad del camino


    Fecha: 17/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... momento ella se echó atrás truncando de nuevo un futuro que imaginó prometedor. Después compartió alquiler y cama con otra mujer con la que pensó que tenían en común algunas inquietudes, pero nuevamente le salió rana cuando la sorprendió en el lecho retozando con otro. A partir de ese momento desistió del empeño de encontrar una mujer leal y el sexo se redujo a la masturbación, haciendo uso de sus fantasías, y en ocasiones, cuando se lo podía permitir, al sexo con mujeres que no exigían nada de él, únicamente el volumen de su billetera.
    
    Pese a que su situación económica siempre andaba por la cuerda floja entre trabajos temporales, invariablemente conseguía salir a flote alternándolos con posteriores prestaciones de desempleo y subsidios. De ese modo lograba vislumbrar algo de luz en un mundo que siempre parecía plantarle cara. En compensación, su carácter afable y optimista convertía lo difícil en sencillo, lo imposible en accesible y lo triste en llevadero.
    
    A las cinco menos cinco de la tarde ya estaba Benito en la puerta de la cafetería a la espera de que terminase Laura su jornada y veinte minutos después hacía su aparición ella con su uniforme de trabajo y un abrigo por encima.
    
    —¿Dónde quieres que tomemos café? —preguntó Benito.
    
    —Me da igual. Alejémonos de aquí cuanto antes. No quiero que me reconozcan.
    
    —Podemos ir a mi casa, —puntualizó Benito sin segundas intenciones.
    
    —¿Crees que eso es buena idea? —preguntó ella.
    
    —No veo por qué no, —matizó ...
    ... él.
    
    —¿Estás casado? —quiso saber.
    
    —No. Estuve a punto, pero algo no salió bien.
    
    —Me alegro por ti, —añadió con franqueza y sin titubear.
    
    —¿Tan mal te salió a ti? —se interesó Benito.
    
    —Está claro que no fue como yo lo esperaba, —sentenció.
    
    —Nunca lo es, Laura. Las cosas nunca salen como uno las prevé.
    
    —En mi caso salieron completamente al revés de cómo las imaginaba.
    
    —¿No eres feliz con tu marido?
    
    —No lo soy con él, ni con mi vida, pero es lo que me ha tocado en el sorteo. He pensado muchas veces que el karma tiene que existir y yo tenía mucho que purgar. Al final quien la hace la paga.
    
    —¿Por qué dices eso, Laura? Tú no eres mala persona.
    
    —No soy malvada, pero tampoco fui una santa, ya lo sabes.
    
    —Nadie lo somos, Laura.
    
    —Tú eres un buen tío, Benito. Siempre lo has sido, y yo te dejé al margen, pese a que siempre estuviste ahí, limpiando mis babas. No te traté como merecías. Quizás si lo hubiese hecho, mi vida sería más dichosa.
    
    —No te fustigues. Nunca podemos saber si las decisiones que tomamos son las correctas, lo que sí que sabemos es que siempre podemos intentar enmendar nuestros errores e intentar cambiar algo.
    
    —¿Me estás haciendo una proposición, Benito?
    
    —¿Y por qué no?
    
    —¿Sabes?, siempre te subestimé. Era consciente de que siempre estabas ahí hiciese lo que hiciese, en cambio, nunca te tomé en serio y reconozco que me equivoqué. Me fijaba más en la fachada y en lo superfluo que en el interior y tú siempre tuviste un gran ...
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