Perdido por un culo
Fecha: 21/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... exámenes finales eran en una semana, después invitaría a Sara a una cena y me declararía, aprobé los exámenes sin problemas. Me arme de valor y toque la puerta del despacho de Sara, ella me hizo pasar. Me felicito por mis notas y me vio muy nervioso, entonces me pregunto.
• ¿Qué ocurre Marc?
• Me gustaría invitarte a cenar para celebrarlo – dije mientras tartamudeaba.
• Me encantaría – dijo Sara.
La cena fue un éxito, en el momento de declararle mis sentimientos. Nunca me he sentido tan desprotegido, pero al ver sus lágrimas y escuchar el sí que salió de sus labios me hicieron el hombre más feliz del mundo. Esa noche fuimos a un local a bailar y después me llevo a su apartamento, si vestida esa mujer era una mujer de bandera, desnuda era una mujer de bandera y banda de música.
Mediría un metro setenta aproximadamente, pelo castaño rizado hasta la mitad de la espalda, ojos de color miel, unos pechos ni grandes ni pequeños pero muy bonitos. Lo que más destacaba en ella era un potente culo y unas piernas que parecían que habían sido cinceladas por el mismo Miguel Ángel.
Yo tenía el pelo rubio corto, ojos azules, cuerpo fibrado por el adiestramiento y una buena colección de cicatrices. Eso asusto a Sara, le conté en lo que trabajaba antes de conocer a mi padre y el trabajo que hacía para él. Me asusto contárselo, pensaba que saldría corriendo. En esa etapa de mi vida me consideraba un monstruo, ella no solo no se fue, prometió que cuidaría de mí para ...
... siempre.
Esa noche por primera vez hice el amor en mi vida, había follado con mujeres, pero jamás sentí lo que el cuerpo de Sara me estaba haciendo sentir. Cada vez que mi polla entraba en su coñito tocaba el cielo con los dedos, ver la felicidad reflejada en sus ojos era increíble. Nuestras manos se entrelazaron, nuestros jadeos se acompasaron y al final conseguimos llegar al orgasmo a la vez, un orgasmo que hizo que llorara de felicidad por primera vez en mi vida.
Los meses fueron pasando y yo seguía con mis clases nocturnas, había hablado con mi padre y una vez hubiera terminado la carrera tenía intención de irme con Sara a investigar volcanes. Se lo dije con cierta preocupación, pues sentía que lo estaba dejando colgado. Mi labor era protegerlo y si me iba estaría incumpliendo con la palabra dada, mi padre lleno dos vasos con su mejor whisky y me dijo.
• Yo estaré bien hijo, ahora es hora de que busques tu futuro.
• ¡Pero padre!
• Pero nada, ¿recuerdas lo que te dijo tu adiestrador?
• Si, que mi único talento era matar, que esa era mi maldición.
• Bueno, pues ya estás demostrando que no es así.
Llevaba saliendo con Sara un año y decidí presentársela a mi familia, mi padre estaba encantado con Sara, pero en Bárbara y en Roberto percibí cosas distintas. En Bárbara percibí que se sentía amenazada porque una mujer hermosa y más joven estaba pisando lo que ella creía su territorio. En Roberto vi un interés malintencionado hacia Sara que no me gusto.
En un ...