1. Mariluz


    Fecha: 21/06/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... más tarde no llegó aquel día, ni al día siguiente, ni al otro día. Se vino el fin de semana y solo pudimos volver a vernos hasta el lunes siguiente. Y, cuando la vi de nuevo, la traté con cariño, pero para nada sugerí proximidades impetuosas y situaciones como la vivida la semana anterior. Ella, volviendo a la rutina de siempre, me preguntó algo de su vida privada y quiso que la aconsejara al respecto. La curiosidad surgió porque su marido le había hecho un comentario y ella no supo cómo reaccionar. En consecuencia, quería consejo sobre cómo proceder.
    
    Su marido le había preguntado si ella estaba saliendo con alguien. Me parece normal, le dije, porque si ella estuvo tan contenta toda la semana, como aquel día en que nos besamos, era apenas lógico que su marido notara ese comportamiento y que, ante la incertidumbre, le preguntara. Lo raro, opinaba yo, era que el motivo de su felicidad fuera otra persona y no otra situación. ¿Qué le contestaste? Solo le dije que eran cosas de mujeres y que simplemente se sentía contenta. Y cómo reaccionó, pregunté. No quedó muy convencido, pero, ni modo. Él es él y yo soy yo. ¿Y acaso no han estado juntos esta semana? No, dijo ella. Yo en lo mío y él en lo suyo. No pregunté más…
    
    El beso aquel se volvió el saludo de bienvenida cada vez que entraba a saludarla en aquel almacén. Y no pasó mucho tiempo para que sus conversaciones tocaran temas más profundos y comprometedores. ¿Es posible que uno esté con un hombre y no sienta nada? Sí, le ...
    ... había respondido, puede ser posible. ¿Por qué lo preguntas? Porque tú y yo no hemos estado juntos, pero lo que sentí cuando nos besamos jamás lo he sentido con mi marido. Bueno, me ruboricé, me alegro por ti, pero no me parece normal escuchar eso, más aún cuando llevas años casada y tienes hijos con él. Si, respondió ella, pero esa es la verdad. Entiendo. ¿Y qué quieres hacer ahora? Quiero estar contigo.
    
    El momento, postergado por muchas razones, finalmente llegó. Teníamos limitaciones, sin embargo. Ninguno de los dos podría llegar a su casa después de las 7:00 pm sin despertar sospechas, así que aprovechamos un viernes, en la jornada de práctica deportiva propia de la rutina donde trabajábamos, para literalmente perdernos. Quedamos de dejarnos ver en traje de deportes e ir hacia los campos deportivos, separándonos convenientemente y alejarnos de allí para vernos en el centro de la ciudad. El plan funcionó y al poco rato yo la estaba recogiendo. Bueno, dije, ¿a dónde vamos? Tú sabrás, respondió. Bueno, comenté, los sitios que me han referido quedan cerca de donde tú vives. ¡Perfecto! Comentó. Vamos para allá, entonces.
    
    Al poco tiempo estábamos entrando a un lugar llamado “El rincón del deseo”. Yo me sentía un poco raro entrando ambos a aquel sitio en pantaloneta y tenis. Pero eso no fue impedimento para que nos ubicáramos en una habitación bellamente decorada y con una gran cama rodeada de espejos. Instalados allí, uno frente al otro, en principio, no sabíamos cómo ...
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