1. Los deseos de mi alma (segunda parte)


    Fecha: 26/06/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... que me sometías. Lo llamábamos “las lágrimas de la felicidad”, y efectivamente tuvo el efecto vigorizante que esperaba, porque apreté fuerte los labios y respiré profundamente, tratando de relajarme, tal y como me habías recomendado hacer muchas veces.
    
    Entonces, y mientras mi culo se acomodaba al plug y ya estaba pensando que tendría que ponerme de pie para bailar y excitar a nuestro amigo, escuché hablar. Con la tensión de la follada del plug en la boca y el momento que acababa de vivir tratando de resistir al incremento de tamaño del mismo, no había tenido tiempo de percibir que tu nuevo amigo de Mazmorra había llamado al timbre de tu casa. Pero no había otra explicación posible, porque escuché claramente cómo te presentabas ante otra persona:
    
    “Yo también estoy encantada de conocerte, Miguel. Antes de nada, gracias por los dos orgasmos tan maravillosos que me has regalado. No pensaba que pudiera haber alguien que lo manejara con semejante destreza. Ahora veremos si es lo único que sabes hacer o si también eres bueno haciendo otras cosas”
    
    Te reíste, y escuché cómo Miguel se rio e inmediatamente después, te dijo.
    
    “Soy buen comedor de coños y todas me dicen que aguanto mucho sin correrme, pero si quieres comprobarlo tendrás que pedírmelo tú misma”.
    
    Sentí calor. Sentí fuego. Un machote. Habías metido un machote en casa, en vez de un sumiso. Y yo estaba a 650 km de distancia. Cuando lo estaba pensando, volvió a darse una de tantas serendipias en nuestra vida, ...
    ... porque dijiste:
    
    “Mira cariño. Acaba de presentarse en mi casa uno de esos machotes de los que tanto disfrutas. ¿Y sabes lo mejor? Después de que me coma el coño mientras bailas para Fer pienso follármelo a la vez que Fer te folla a ti. ¿Te parece bien que le demuestre a este campeón quién cabalga a quién, mi amor?”
    
    Sonreí por dentro. Eras tan dominante que no te gustaba que cualquier machote se vanagloriarse de follarte a pollazos, sino que eras tú quién lo cabalgaba a él. Aunque no siempre era así, y en ocasiones te dejabas follar simplemente por el placer de ver mi cara de rabia y de frustración mientras tus gemidos inundaban cualquier habitación de hotel, o en nuestra propia habitación. Entonces supe que disfrutarías de tu nuevo amigo, y una mezcla de placer y de humillación recorrió todo mi cuerpo.
    
    Estaba pensándolo cuando te escuché decir:
    
    “Miguel. Quítate la ropa y ven aquí, guapo… tengo muchas ganas de que me comas el coño. Y tú, zorra… ponte a bailar para mi amigo. Despierta esa polla que tiene morcillona para que te reviente ese culo dilatado que tienes ahora. Venga chicos, cada uno a lo suyo. Ahora”.
    
    Me puse de pie sobre los tacones y casi me caigo. Mirando a Fer a los ojos fui dando pasos pequeños hacia atrás, hasta colocarme en el medio del salón. Sin dejar de mirarle, comencé a contonearse como si fuera una auténtica puta de salón. Mis manos bajaban desde mi cuello hasta mis pechos al compás de una música imaginaria. Mis caderas se movían de forma ...
«1234...»