Mi sumisa traía regalo (II) - Relatos Eróticos

Mi sumisa traía regalo (II)

... al igual que nosotros ella tenía que descubrir, aunque tanto su padre como yo nos dimos cuenta que cometimos el error de no haberle abierto los ojos, por eso cuando nos habló de lo que sentía, no nos pilló de improviso y menos cuando nos habló de usted, y aunque la edad nos dejó algo fríos, tampoco lo veíamos un problema, si usted le abría los ojos y ella era feliz.

-Ademas anoche, ambos estábamos excitados y aun con su pierna follamos después de varios meses.

-Ahora entiendo mucho de lo que ha pasado hoy, y aunque creo que habéis desperdiciado muchos años, en el fondo me alegro de que asi haya sido.

En eso llego la comida, y como el único vestido era yo me levanté y salí a recogerla, aunque cuando fui a pagar me dijo el repartidor, que ya estaba pagada.

-Aquí está la comida, pon la mesa, pero solo para mi PERRA y para mí.

Se levanto y fue a cumplir lo que le había dicho, no tardando nada en hacerlo.

- ¿Vino o Cerveza Raul?

-Si tienes Ribera del Duero, vino, si no agua.

Trajo dos copas y una botella de vino, que ella mismo abrió.

-Sírvenos, y ahora trae un plato para ti.

No sirvió a su hija y a mí, nos llenó las copas de vino y se fue a por su plato, en ningún momento pregunto por su marido, simplemente volvió con el plato, pero sabía muy bien para que, porque no trajo cubierto.

Cuando volvió, yo mismo le serví.

-Dale de comer a Diego, y cuando termine, vuelve a por tu comida.

Se limito a coger el plato y como no tenía cubiertos, sabía ...

... perfectamente como le tenía que dar de comer, asi que cogiendo la comida con las manos se la iba dando a su marido, al que se le veía feliz, porque en ningún momento mostro rechazo a nada de lo que estaba pasando alli.

Mientras MI PERRA y yo comíamos, sin hablar, pero sin perder de vista a sus padres.

Cuando termino de darle de comer a su marido, se acercó a mí con el plato, el cual se lo quite de las manos y echando comida en el plato, ademas le eche salsa, se lo puse en el suelo junto a mí.

- ¡A comer!

Sin hablar, pero, aunque sabía muy bien que eso era lo que iba a pasar, se puso roja y poniéndose de rodillas, metió la cara en el plato y sin manos empezó a comer.

Yo ya estaba otra vez excitado, porque si algo me gusta es la humillación.

Sabiendo perfectamente lo que yo esperaba, una vez que termino, metió la lengua en el plato y lo dejo reluciente, aunque su cara era un poema llena de salsa y restos de comida que se le habían ido pegando.

-Termine Raul

-Ya lo veo, levanta y ve a que te limpie la cara con la boca y lengua tu marido.

Se levanto y acercando la cara a su marido, espero a que este sin manos y no sin dificultad, con su boca limpiara la cara y boca de su mujer.

Su hija, al igual que yo no podíamos apartar la vista del espectáculo que sus padres nos estaban dando.

- ¿Quiere café o algún licor AMO?

-No PERRA, vamos al sofá, a reposar la comida.

Ambos nos levantamos y nos dejamos caer en el sofá, sentándose ella sobre la toalla, ...