1. Chica bully


    Fecha: 01/07/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Paula era una estudiante rubia, ojos claros y azules, una figura envidiable tipo animadora. Sus medianos pechos apretados por el sujetador remarcaban bien sus tetas y su culito siempre asomaba bajo aquella falda tan corta que llevaba. Chupaba un chupa chus mientras iba de la mano del machote de clase, nada menos que Eulían. Era el típico forzudo, musculoso, un poco más alto que el resto, pelo corto y siempre iba en un chándal de gimnasio ya que pasaba allí más tiempo que en las clases las cuales se saltaba.
    
    Todos al verlos pasar se colocaban a un lateral y cabizbajos. El resto de la pandilla estaba formada por chicos y chicas que tenían las mismas costumbres de saltarse la clase. Tomaban lo que querían llegando a pegar palizas a algún chico y algunas chicas se veían obligadas a ponerse de rodillas para mamar alguna de sus pollas.
    
    Paula se despidió de su novio con un beso y este le dio un pequeño azote en el culo que resonó. Los profesores miraban a otro lado, no querían involucrarse con esa gente. Ese día fue presentado un alumno, Melvin, un joven de pelo corto, mirada tímida y pinta de empollón. La joven no le dio muchas vueltas al asunto. Pronto fue objetivo de su novio y compañía.
    
    Uno de esos días, Paula se reunió con su pareja y vio que le estaban atizando al pobre chico. Llevaba la cara cubierta con moratones, algunos cortes en el labio y el resto del cuerpo debía tener más de lo mismo.
    
    —Jefe, ¿lo dejamos en pelotas?—preguntó uno de ellos entre risas y ...
    ... apretando su cuello con una pequeña pero cortante navaja.
    
    —Si...¡venga!—ordenó este entre risas.
    
    Pasó el brazo por el hombro de su novia y de paso le acarició las tetas. Este olía a tabaco y ella miraba la escena indiferente, mientras mascaba su chicle haciendo pompas. Melvin pronto fue desprovisto de sus pantalones y calzoncillos ante las risas de las chicas que comían chucherías a un lado y observaban todo. La burbuja de chicle de Paula estalló al contemplar una gran polla flácida emerger de su entrepierna.
    
    —¡Miren si la tiene grande y todo!—rieron las chicas.
    
    —Si, y menudos huevos—dijo el más cercano a este.
    
    Una de las chicas se aproximó y le agarró de las bolas haciendo gritar a este.
    
    —¿Te crees un macho por tenerla grande?, ¡responde perro!—gritó ella—¡vamos!.
    
    El pobre chico apenas podía articular palabra cuando fue soltado y luego pateado justo en sus huevos por ella haciendo que todos se llevasen la mano a su entrepierna. Melvin se tiró al suelo agarrando sus pelotas maltrechas.
    
    —Venga cariño, vamos a mi casa—dijo Eulían.
    
    La joven asintió y ambos se marcharon dejando el resto a los chicos que no hicieron gran cosa más que burlarse y después irse a las recreativas. Ya en casa del macho, este le quitó la ropa tirándola luego a la cama. Se bajó los pantalones dejando su polla morcillona al descubierto. Era algo más grande que la media, gordita y con mucho pelo. Unos pequeños huevos colgaban de este.
    
    Paula le hizo una buena paja hasta que alcanzó la ...
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