Costumbre italiana
Fecha: 01/07/2025,
Categorías:
Gays
Autor: ThWarlock, Fuente: CuentoRelatos
... ¡Hoy es tu día de suerte! le oí decir; Seguro que sí, pensé yo, no sé cómo voy a trabajar, mirando tan buen macho y con tan poca ropa. Puso sus manos en la nuca flexionando los músculos de sus brazos como a propósito entonces continuó: Hoy me levanté como nunca, con deseos de pasarle la mano a mi bote, así que te voy a ayudar, y descuida que no te lo voy a descontar del cheque. Bueno, aunque sea lo voy a tener a mi lado mandándome y oyendo sus aburridas historias de mujeres, pensé yo. En realidad, tenia deseos de hacer algo diferente, continuó, así que mientras mi esposa anda en uno de sus retiros espirituales, yo mandé a todos de vacaciones. Yo no hablaba para nada, solamente miraba sus brazos con deseo y su abdomen duro como una tabla. Aunque estemos solos, pensé, es demasiado bueno para ser real. Me olvidé de los asuntos sexuales y le dije: Bueno voy a comenzar, a lo que él respondió: presto ragazzo andiamo, y salió disparado dejándome atrás. Sus nalgas eran pequeñitas y respingadas, pero se veían deliciosas dentro del short. ¿No se va a cambiar?, comenté yo con una lejana esperanza de ver algo más, a lo que él respondió algo en italiano que yo realmente no entendí. Después de 8 ininterrumpidas horas, donde paramos para comer nada más, y me saco literalmente el jugo, como yo suponía, terminamos la faena. Yo estaba contento porque por el contrario a las antiguas experiencias, ni me habló de mujeres, ni era feo ni arrogante, solo se dedicó, con su buen humor a hacer ...
... chistes y disfrutar lo que hacía. Ahora sí que la fantasía terminó, pensé, mientras recordaba su espalda sudada y sus brazos brillando a la luz del sol. Estaba sumido en mis pensamientos cuando rodeó de pronto mi cuerpo con sus brazos y me besó en las dos mejillas. ¡Buen trabajo! le oí decir Es una costumbre italiana, me dijo, espero que no te ofendas. Para nada, le dije y mi bulto salto discretamente de la alegría. Te invito a un vino, me dijo y saltó del bote con energía como si no hubiera pasado 8 horas al lado mío.
Luego de bajar 2 botellas de vino y quien sabe que cantidad de fiambres de todo tipo, le insinué que era hora de partir, alegando que estaba cansado y me dolían un poco los músculos. Eso se te quita en mi tina ragazzo y con agua bien caliente, sugirió él; Venga, vamos a preparar un baño para que te relajes, y me pasó el brazo por encima de mis hombros nuevamente, me has caído muy bien y trabajas muy duro decía mientras caminábamos hacia adentro. Yo, siempre he sabido que los italianos son bien hospitalarios; Por eso me juré respetar la ocasión y acepté, siempre pensando: No hay nada malo en que yo tome un baño, en fin no tengo nada más que hacer. Mientras la tina se llenaba, me dio un tour por la casa, mostrándose así orgulloso por la preciosa mini-mansión que poseía. Para regresar nuevamente a la amplia habitación con su lujoso baño.
-Ponte cómodo y relájate.
Partió y me desnudé rápidamente, no pude evitar llevar el calzoncillo a mi nariz y olerlo varias ...