1. Costumbre italiana


    Fecha: 01/07/2025, Categorías: Gays Autor: ThWarlock, Fuente: CuentoRelatos

    ... veces que, para ese entonces, olía a puro macho, me metí en la tina, notando que mis hormonas se habían revuelto un poco y mi hermosa herramienta quedaba casi erecta. El agua caliente me relajó, e hizo que mi erección lejos de bajar, aumentara divinamente. Cerré mis ojos y sin tocarme aun, comencé a recorrer con mi pensamiento cada ápice de su cuerpo, e imaginármelo desnudo delante de mí. Luego de estar trabajando varias horas junto a él, si había tenido tiempo de chequear su bulto más de una vez y de veras no estaba nada mal; Comencé a tocar mi glande muy suavemente hasta que un ruido repentino interrumpió mi morboso sueño. Te acompaño, dijo mientras me ofrecía otra copa de vino; Su cuerpo desnudo, parecía el de Adonis en miniatura, su hermosa pinga era tan dorada como cada ápice de su cuerpo, estaba totalmente flácida y caía muy deliciosamente, con toda su piel cubriendo el prepucio y un buen par de huevos bien peludos además de un incontrolable montón de vello púbico. Sus muslos también estaban cubiertos de vello, como yo supuse al principio. ¿Puedo? preguntó, y yo asentí con la cabeza, perdona, esto también es costumbre italiana, dijo él entonces mientras se acomodaba, pude por fin apreciar aquel par de preciosas nalgas que tenían el mismo color del resto del cuerpo, y lucían redondas y bien formadas, justo como yo me las había imaginado. ¿Estas más relajado? Preguntó él, algo dije yo, mientras jugaba con la espuma para disimular mi enorme erección. A mí lo único que me ...
    ... relaja, en estos casos es un buen masaje dije yo ya con mayor descaro; Venga que le doy uno y extendió su mano. Costumbre italiana pensé yo, aunque mis sospechas ya iban bien lejos. Me posicioné entre sus piernas, descaradamente, sin importarme mucho las costumbres que tuvieran los italianos de esta época. Los de la era Antigua eran bien morbosos, sexuales y depravados. Y me parece que esta tarde iba a terminar en algo parecido. Primero acarició mi cuello, mientras yo comenzaba a gemir de placer, luego mis hombros para después de jugar un rato con mis músculos, lo que sentí después fue su enorme pinga por debajo del agua que chocaba con una de mis nalgas. Me acomode disimuladamente encima de ella, abriendo mis dos cachetes y acariciando el tronco con los mismos. ¿Te sientes mejor? pregunto a mi oído, mientras el movimiento de sus manos me hacía recostarme casi a su peludo pecho. Podemos terminar tu masaje en la cama, terminó diciéndome.
    
    Nos salimos de la tina y nos miramos de cuerpo entero, por fin sin escrúpulos, ni disimulos. Tienes un cuerpo precioso, comentó. Tú también dije yo mientras clavaba mi Mirada en aquella tremenda pinga que tenía delante de mí, corrió su piel, dejando ver un hermoso glande a lo que me decía ¿te gusta? Mi respuesta fue arrodillarme en la alfombra y tragarme aquel delicioso pepperoni que me ofrecían. Luego de saborear el gusto de un buen embutido italiano, me ayudó a incorporarme, mientras era él quien se arrodillaba ahora. Jugó con mi glande y ...
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