1. Mi sobrino se queda en casa


    Fecha: 05/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Dolores, Fuente: CuentoRelatos

    ... Le dije que por ahí no, que eso no, que me la metiera por el chocho que estaba hirviendo. Ante mi súplica desvió el recorrido, levantó las nalgas para que mi chocho sobresaliera y de un solo envión me entró toda. Yo sentía como me entraba y salía gritándole que no acabara nunca. Él me tenía agarrada por las caderas y me alboroté completamente ayudando en la entrada y sacada impulsándome y reculando. Se recostó a mis espaldas y me dijo:
    
    —Yo sabía que te había gustado que te enterrara la verga en esta postura, por eso te puse así, para que la sintieras bien adentro, y en esta postura, algún día, te la voy a enterrar por ese culazo precioso que tienes.
    
    Animada por sus palabras y casi gritando le dije:
    
    —Sí, papito, entiérrame toda la verga, hazme tuya en la postura que quieras, el chocho de tu tía está a tu disposición y te prometo que algún día mi culo también será tuyo.
    
    Después de unos minutos arreció sus embestidas diciendo que se venía y sentí que iba a desmayar cuando me agarró firmemente por las caderas y se vino dentro de mí. Esa noche lo hicimos dos veces más y él quería otra vez, pero me opuse diciéndole que estaba muy agotada. Me dijo que me comprendía pero que tuviera en cuenta que yo había perdido mucho tiempo y que debía reponer el perdido.
    
    A Jorge le designaron un trabajo en las afueras de la ciudad, se quedaba a dormir en el campamento y regresaba a la ciudad los viernes para devolverse los lunes. Lo tomamos de la manera más natural que pudimos ...
    ... para no despertar sospechas. Yo le dedicaba toda la semana a mi trabajo en el colegio y a estar más tiempo con mi madre que ya había salido del hospital. Los fines de semana, salvo que no hubiese algún inconveniente, bajaba a su habitación para que me diera mi ración. En uno de esos fines de semana y después de varias cogidas me quedé tendida boca abajo y Jorge comenzó a acariciarme las nalgas recordándome que le había prometido que en otra oportunidad le daría el culo, que lo que más deseaba era que yo cumpliera con la promesa y le dejara poseer ese culazo que lo tenía desvelado. Yo le dije que hacerlo por ahí no era normal, que ese agujero es muy pequeño para su verga y que para que entrara había que forzarlo y podía hacerme un daño. Me replicó que eso no era así, que ese hoyito era una alternativa en el sexo y que él no era muy dado a hacerlo, pero que yo tenía el culo más precioso que hubiera visto y que será el hombre más feliz el día que lo desflorara, que para que el hoyito se dilatara y recibiera su verga sin mucho dolor existían lubricantes.
    
    Después de esa conversación quedé un poco pensativa porque lo que más él quería para mí resultaba un ir en contra de la naturaleza. Seguimos yendo a la cama con algunos espacios de tiempo y en cada uno de ellos Jorge hacía alusión a mi promesa a la vez que alababa mis nalgas y me pedía que le bailara de espaldas meneándolas sexualmente y repitiendo siempre la misma estrofa. «Cuándo será el día que pueda meter mi verga en ese ...
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