1. En la zona de confort


    Fecha: 02/07/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... a follarte como te mereces.
    
    —Te tomo la palabra.
    
    —Voy a hacer más que eso.
    
    —¿Ah sí? ¿Qué vas a hacer? —preguntó un tanto traviesa.
    
    —Voy a pedir el divorcio.
    
    —Estás como una puta cabra, —rio.
    
    —Hablo en serio. He estado pensándolo mucho, —le dijo mirándola a los ojos y sin soltar el volante.
    
    —No digas gilipolleces, —articuló en un cambio de su semblante.
    
    —Estoy hablando en serio.
    
    —No me jodas Oscar.
    
    —No nos van bien las cosas a Natalia y a mí.
    
    —¿Cómo que no os van bien? Hace dos días, en el chalet todo os iba viento en popa. No vi que os fuese mal.
    
    —No es oro todo lo que reluce.
    
    —A mí no me metas en vuestra vida.
    
    —¿Ah no? ¿A ti te parece que no estás lo suficientemente metida?
    
    —¡Espera, espera! ¡Para el coche! —le ordenó. —¿De qué coño estás hablando?
    
    —Llevo días pensándolo. Ya lo he decidido.
    
    —Yo no quiero tener nada que ver con esto. Natalia es mi amiga.
    
    —¿Ahora es tu amiga? ¿Y cuándo me la estás mamando qué es?
    
    —Pero, serás cabrón.
    
    —Voy a separarme, contigo a mi lado, o sin ti. Yo prefiero que estés a mi lado.
    
    —No era esto lo que tenía que pasar, —dijo enfurecida.
    
    —¿Y qué esperabas que pasara? Estas cosas suceden, y yo lo acepto. Quizás deberías empezar a planteártelo tú.
    
    —¿Yo? Yo estoy bien con mi marido. No tengo por qué separarme, ni quiero tampoco.
    
    —¿Y qué es lo que quieres, que sigamos follando en un motelucho de mierda?
    
    —Desde luego que dejes a Natalia no es lo que quiero.
    
    —Lo tengo ...
    ... decidido.
    
    —Llévame a casa, —le exigió en un arrebato.
    
    —¿No vamos a follar?
    
    —Si quieres follar, hazte una paja. ¡Da la vuelta!—le ordenó sin darle opción a réplica.
    
    Viernes.
    
    Durante dos días su cabeza fue un hervidero de pensamientos y dudas para terminar en un vertedero de desechos. No deseaba que Oscar cortara con Natalia, pero mucho menos, que se descubriera el pastel. Su planteamiento no le había gustado en absoluto, y evidentemente, no estaba por la labor de dejar a su esposo. Lo suyo con Oscar eran calentones y morbo. Disfrutar de ello sabiendo que más pronto que tarde se terminaría, en cambio, las reflexiones de él avanzaban por otros derroteros, algo que la pilló totalmente fuera de juego.
    
    Eran las tres de la tarde, se estaba preparando la comida cuando la llamó. Estaba sola en casa. Los niños comían en el colegio y su marido estaba en el trabajo. Se debatió entre cogerlo o no, pero, ante la insistencia optó por lo primero.
    
    —Dime, —contestó en tono adusto.
    
    —Ya está hecho.
    
    —¿Qué?—preguntó indignada.
    
    —Hemos roto, —sentenció.
    
    —No me jodas Oscar. Pensaba que recapacitarías. ¿Qué coño has hecho?
    
    —Lo que tendrías que hacer tú también.
    
    —Yo no voy a hacer tal cosa. Yo estoy bien.
    
    —Tú lo que no quieres es desanudar tu zona de confort. La he dejado por ti. Ahora es tu turno. Cuando estés preparada espero que des el paso. Yo te estaré esperando.
    
    —Yo no quería esto, —gritó. —Yo no te pedí que lo hicieras, —volvió a gritar encolerizada, aun ...
«1234...7»