Mi primo postizo
Fecha: 05/07/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Alexa, Fuente: CuentoRelatos
... embarrarme a él. Sus brazos me rodearon por la cintura y me levantó en el aire, me dio un tierno beso en la mejilla y me regreso al suelo lentamente, disfruté cada segundo. Tocó mi nariz con su anular y me dijo:
- Alexa, mírate. Estás hermosa, preciosa y estas buenísima.
- ¡Cálmate! No he cambiado nada. No sabes cuánto te extraño- yo toda sonrojada.
- Y yo a ti, amiguita, como no tienes idea. Siéntate, ya te pedí una cerveza, según yo es tu favorita.
- Dudo que en algún momento no sepas qué es lo que me gusta, cuando te cuento todo de todo.
- Amorshito, aún hay mil cosas que no sé cómo te gustan- Dijo guiñándome un ojo de una forma encantadoramente seductora. Me moje tantito en ese instante.
Platicamos por horas, sobre sus viajes, sus aventuras, sus relaciones, sus logros, las mías, mi trabajo, mis novios, mis aventuras, mi Master, mi familia, la suya. No sé cuánto bebimos, pero de pronto estábamos sentados muy cerquita el uno del otro.
- Me causa muchísima curiosidad imaginarte cogiendo, Alexa. Vaya que eres una mujer muy sensual y jamás creí verte como te estoy viendo hoy.
- Eres un mujeriego, Alex. No creo saber hacer algo más que no te hayan hecho, quizás un par de cosas, no creo tener nada extraordinario.
- Eso dices tú, linda. Realmente quisiera comprobarlo- Dijo mientras me daba un ligero beso en el hombro el cual me derritió completamente.
Mi cuerpo se estremeció en un segundo. Sentí como esa descarga eléctrica por todo mi cuerpo ...
... poniéndome la piel chinita, donde me beso en el hombro, mi espalda desnuda y culminó en mi entrepierna, me moje en ese instante. Algo me dijo que las cosas estaban saliéndose de control, así que tomé torpemente mis cosas, le di un beso entre boca y mejilla, me despedí y me fui como pinche loquita.
Me subí a mi coche con la respiración descontrolada, al sentarme pude sentir que ya estaba empapada y a pesar de que intenté calmarme no podía olvidar su boca sobre mi hombro, su manera de acercarse, el roce de su rodilla con la mía y su olor, ese olor que me estaba taladrando mi ser.
Al llegar al departamento tenía en mi celular un mensaje suyo: “Alexa, tienes un rico y delicioso andar, no sé porqué te fuiste así. Una disculpa si te hice sentir incómoda. De verdad no puedo dejar de pensar en ti. Si quieres que hablemos sobre esto dime donde vives y voy a tu casa, dime que si por favor”.
Volví a excitarme sólo con ver ese mensaje. Por mi mente pasaban mil historias que nos habíamos contado y que nos reíamos como cómplices y que alargábamos si nos interesaba lo que pasaba, nuestra infancia juntos, nuestra adolescencia, todo lo que sé sobre él y sus aventuras, todo lo que él sabe de mí y mis mil aventuras, su mamá cepillando mi cabello, las vacaciones en familia, las travesuras a su hermano, la forma en que a escondidas idolatraba a Alex… Toda nuestra vida que podría irse al carajo por una calentura, por una cogida monumental. Respondí su mensaje: “Eres una enorme y sexy tentación, ...